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Dan último adiós al escritor Ignacio Padilla

Ignacio Padilla (1968 -2016). Foto María Luisa Severiano / Archivo

Fabiola Palapa Quijas

Ciudad de México. Familiares y amigos como Rosa Beltrán, Jorge Volpi, Mauricio Montiel, Ignacio Solares, Sergio González Ramírez y Gonzalo Celorio le dieron el último adiós la noche del sábado al escritor Ignacio Padilla (Ciudad de México, 1968- Querétaro 2016), en la funeraria Gayosso de Félix Cuevas, donde fueron velados sus restos.

El autor de Todos los osos son zurdos y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua murió la madrugada del sábado en un accidente automovilístico en la ciudad de Querétaro.

El escritor Gonzalo Celorio, quien expresó sus condolencias a los familiares del escritor de la llamada Generación del Crack, indicó a la prensa que “tendrá que pasar mucho tiempo para que asimile esta oquedad tan espantosa, porque una muerte tan imprevista, tan accidental, lo deja a uno atónito y sin palabras”.

Para Celorio, hablar en pretérito de alguien de quien seguiría hablando en presente es muy doloroso. “Lo que puede decir que era una mente verdaderamente privilegiada, brillante; un hombre muy bien formado con una gran sensibilidad literaria, con un manejo de lenguaje inusitado que podía vincular de manera excepcional su creatividad imaginativa con una formación académica muy rigurosa”.

Recordó que Nacho Padilla, como le decían sus amigos de cariño, realizó estudios en la Universidad de Salamanca y logró un doctorado con una tesis sobre el diablo en el Quijote.

Agregó que el miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, “era dentro de la generación del Crack, de los jóvenes nacidos en 1968, muy destacado con una gran solidez intelectual; era alguien que conocía muy bien la lengua española, diacrónicamente conocía muy bien la evolución de la lengua española, se manejaba bien en otras lenguas sobre todo en la inglesa.

Celorio señaló que las aportaciones de Padilla en la AML eran siempre “muy puntuales, cultas y bien sedimentadas, además era un hombre maravilloso, de buen humor”.

Visiblemente consternado y afligido, Celorio evocó una imagen de Padilla en una agencia funeraria en medio de ataúdes, que captó la lente de Daniel Mordzinski, el fotógrafo de los escritores y que se presentó en mayo pasado en Nicaragua dentro de la cuarta edición del Encuentro de Narradores 2016, Centroamérica Cuenta.

“Me estremece ahora que la veo porque Daniel instó a Nacho Padilla a que fuera fotografiado en una agencia funeraria y veo esa foto esta mañana y la siento pavorosamente premonitoria y me duele mucho todo lo que ha pasado”, expresó Celorio.

El deceso del autor de 48 años de edad sorprendió al medio literario nacional e internacional que desde ayer han externado consternación por la muerte de quien se consideraba un “físico cuéntico”.

Familiares y amigos como Rosa Beltrán, Jorge Volpi, Mauricio Montiel, Ignacio Solares, Sergio González Ramírez y Gonzalo Celorio le dieron el último adiós la noche del sábado al escritor Ignacio Padilla (Ciudad de México, 1968- Querétaro 2016), en la funeraria Gayosso de Félix Cuevas, donde fueron velados sus restos.

El autor de Todos los osos son zurdos y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua murió la madrugada del sábado en un accidente automovilístico en la ciudad de Querétaro.

El escritor Gonzalo Celorio, quien expresó sus condolencias a los familiares del escritor de la llamada Generación del Crack, indicó a la prensa que “tendrá que pasar mucho tiempo para que asimile esta oquedad tan espantosa, porque una muerte tan imprevista, tan accidental, lo deja a uno atónito y sin palabras”.

Para Celorio, hablar en pretérito de alguien de quien seguiría hablando en presente es muy doloroso. “Lo que puede decir que era una mente verdaderamente privilegiada, brillante; un hombre muy bien formado con una gran sensibilidad literaria, con un manejo de lenguaje inusitado que podía vincular de manera excepcional su creatividad imaginativa con una formación académica muy rigurosa”.

Recordó que Nacho Padilla, como le decían sus amigos de cariño, realizó estudios en la Universidad de Salamanca y logró un doctorado con una tesis sobre el diablo en el Quijote.

Agregó que el miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, “era dentro de la generación del Crack, de los jóvenes nacidos en 1968, muy destacado con una gran solidez intelectual; era alguien que conocía muy bien la lengua española, diacrónicamente conocía muy bien la evolución de la lengua española, se manejaba bien en otras lenguas sobre todo en la inglesa.

Celorio señaló que las aportaciones de Padilla en la AML eran siempre “muy puntuales, cultas y bien sedimentadas, además era un hombre maravilloso, de buen humor”.

Visiblemente consternado y afligido, Celorio evocó una imagen de Padilla en una agencia funeraria en medio de ataúdes, que captó la lente de Daniel Mordzinski, el fotógrafo de los escritores y que se presentó en mayo pasado en Nicaragua dentro de la cuarta edición del Encuentro de Narradores 2016, Centroamérica Cuenta.

“Me estremece ahora que la veo porque Daniel instó a Nacho Padilla a que fuera fotografiado en una agencia funeraria y veo esa foto esta mañana y la siento pavorosamente premonitoria y me duele mucho todo lo que ha pasado”, expresó Celorio.

El deceso del autor de 48 años de edad sorprendió al medio literario nacional e internacional que desde ayer han externado consternación por la muerte de quien se consideraba un “físico cuéntico”.