OHL México releva de sus cargos a involucrados en actos de corrupción

Redacción La Jornada

Ciudad de México. A lo largo de casi dos años, desde que inició la difusión de conversaciones telefónicas entre directivos de OHL México con funcionarios mexicanos ubicados en distintos niveles de gobierno, e incluso jueces, la filial de OHL ha relevado de sus cargos a los involucrados bajo el argumento de que tienen “motivos personales” para irse de la empresa, y otros, entre ellos consejeros han optado por marcar distancia.

Desde que se dieron a conocer las primeras conversaciones telefónicas entre el entonces directivo de OHL México, Pablo Wallentin y el secretario de Comunicaciones del estado de México, Apolinar Mena donde hablaban de presuntos actos de corrupción en la concesión del Viaducto Bicentenario, la empresa que dirige Sergio Hidalgo Monroy siempre ha dicho que se trata de grabaciones ilegales, alteradas y que la compañía tomaría las acciones legales necesarias.

El periódico español Público dio a conocer un recuento del relevo de por lo menos diez directivos de OHL México, algunos de ellos envueltos desde 2015 en episodios de presunta corrupción de los que ha salido bien librada la empresa, que tienen concesiones de autopistas en el estado de México, Puebla, Ciudad de México, y con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

OHL México ha reiterado que es objeto de “una campaña de desprestigio”, y apenas hace un par de días envió a la SCT un documento en el que asegura que de sus cuentas no han salido recursos para financiar campañas políticas en el estado de México donde tiene mayor presencia, y que la infraestructura que opera no está en riesgo.

Presumiblemente la respuesta de OHL México a la SCT sería resultado de una investigación realizada por la propia empresa, sin embargo no se dio a conocer el documento enviado a la dependencia, y sólo se informó a través de un aviso a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) la conclusión a la que llegó la compañía y sus investigadores.

Público detalló que entre los directivos de OHL México que dejaron sus cargos por “motivos personales son Raúl Revuelta, exdirector financiero; José Andrés Oteyza, expresidente del Consejo de Administración quien dejó el cargo después de diez años, y a quien se escuchó en las grabaciones presuntamente ilegales refiriéndose a funcionarios como el ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) Emilio Lozoya, al ex director de la Comisión federal de Electricidad (CFE), Enrique Ochoa Reza, o al secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, entre otros.

Público también enlista a Pablo Wallentin, uno de los primeros en dimitir después de que se dieron a conocer las primeras grabaciones que revelaban presuntos actos de corrupción entre la compañía y funcionarios estatales, federales y jueces.

Entones OHL México señaló que el directivo de retiraba del cargo para “no entorpecer las investigaciones” que se iniciaron por parte del gobierno del estado de México, la Secretaría de la Función Pública federal, y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

Gerardo Fernández Reyes renunció como director Jurídico de OHL México en junio de 2016. “Un año antes, en mayo de 2015, El País publicaba un extracto de las polémicas conversaciones, en las que Wallentin preguntaba a su director Jurídico por el importe ideal para sobornar a jueces. ‘¿Cuánto hay que darle a los magistrados?’, cuestionaba Wallentin. ‘Pues yo creo que una manita’, respondía Fernández Reyes en la grabación”, refiere el medio español.

También fueron retirados de sus puestos Francisco Javier Álvarez Mireles, quien fue director financiero de Concesionaria Mexiquense (Conmex), filial indirecta de OHL México. Héctor Arturo Eugenio Quinde renunció como director de Operaciones y le dieron otro lugar en la empresa.

Otras renuncias mencionadas por este medio son la de Valentín Díez Morodo, Jesús Reyes Heroles y Carlos Ruiz Sacristán quienes no eran directivos de la empresa, sino consejeros independientes que decidieron dejar esos nombramientos en octubre de 2015, para dar paso a una “reconfiguración” del Consejo.