Contaminación provoca cambios en el ADN: Estudio
21 diciembre, 2016
Alcalde soledense califica de “alarmante” la inseguridad en el municipio
21 diciembre, 2016
Ciudad de México. Acapulco es la quinta ciudad más violenta de Latinoamérica, pero para los empresarios mexicanos el puerto no está apestado.
“¿Por qué el interés de las compañías de seguir invirtiendo en un destino que podría pensarse que está apestado? Pues porque no lo está, esa es la razón. Quizás está apestado para los turistas internacionales que han dejado de ir a Acapulco, pero el turismo del centro del país sigue yendo y demandando servicios”, expresó Pablo Azcárraga Andrade, presidente del Consejo de Administración de Grupo Posadas, la operadora de hoteles que decidió invertir en la zona Diamante.
Con los atributos de Acapulco, el puerto guerrerense debería “tener un comportamiento mejor; sin embargo, no lo tiene por un alto desempleo que genera inseguridad y por problema de crimen organizado que no se ha podido controlar”, dijo el directivo en un encuentro con medios de comunicación en la Ciudad de México.
“Veo en empresas como Posadas, y en otras, mayor interés en invertir en negocios turísticos y la razón tiene que ver con que el mercado interno es enorme”, pues 85 por ciento de la derrama económica turística la generan los viajeros nacionales, agregó Azcárraga Andrade.
Hace dos años, Grupo Posadas anunció una inversión por 80 millones de dólares para un nuevo hotel en la zona Diamante de Acapulco. Recientemente Grupo Autofin informó de inversiones superiores a mil millones de dólares para proyectos en el puerto, mientras que Vidanta previó capitales por más de mil millones de pesos.
En julio pasado, el secretario de Turismo Enrique de la Madrid Cordero, calculó otras inversiones en infraestructura en beneficio del puerto por un monto de 16 mil millones de pesos.
Acapulco es la quinta ciudad más violenta de América Latina, según un informe del Foro Económico Mundial (FEM). Extorsiones, secuestros, asesinatos, son los delitos constantes en ese puerto que, sin embargo, no se limitan a las fronteras de ese municipio. A escasos 100 kilómetros de distancia se localiza Chilpancingo, la novena urbe más violenta de Latinoamérica, de acuerdo con el reporte del FEM.
El Sistema Nacional de Seguridad Pública de México ubicó el año pasado a Acapulco como el municipio más violento del país y la cuarta ciudad a nivel mundial, al registrar una tasa de 104 homicidios por cada 100 mil habitantes. Un reporte difundido en marzo pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) colocó a Acapulco como la tercera ciudad más insegura del país.
Posibilidades de reversión
Para especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el puerto guerrerense puede revertir su desgaste como destino turístico a través de que se garantice la tranquilidad y la generación de proyectos, más allá del producto turístico de “sol y playa”.
Gustavo López Pardo, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, dijo que Acapulco tiene que renovarse o incrementar su deterioro. “No deja de ser un icono del turismo tradicional. Cuenta con una extensa infraestructura hotelera, restaurantera, pero está obligado a generar políticas que den mayor tranquilidad al destino; mientras no se resuelva ese asunto, difícilmente se podrá recuperar su potencial”, agregó.
El académico del Instituto de Geografía Álvaro López López explicó que un “centro litoral está en declive cuando, con su masificación, las clases sociales de mayor capacidad de consumo se retiran y arriban las de menor nivel de compra”.
El especialista apuntó que, pese a todo, Acapulco es protagonista aún del turismo nacional por su cercanía con la Ciudad de México. “Tiene un conjunto de turistas cautivos que gastan poco dinero, que se pueden desplazar, que consumen productos baratos, por lo general de baja calidad; además, sufre de graves problemas de contaminación en sus playas. Corresponde a las autoridades locales renovar esa tendencia”, apuntó López López.
