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Estrés, factor que genera plagas en bosques de CDMX: experta

Especies de pinus. Foto www.gob.mx/conafor

Notimex

La principal causa que genera la aparición de plagas en las zonas boscosas de la Ciudad de México es el estrés al que se someten muchos de los ejemplares que son sembrados, ya que en el afán de reforestar y aprovechar los bosques de manera sustentable, no se considera la naturaleza de los árboles sembrados.

La bióloga encargada de enlace de Sanidad Forestal de la Ciudad de México, Beatriz Franco, explicó lo anterior al hablar sobre las condiciones que guardan las áreas boscosas naturales de la Ciudad de México y las plagas que suelen presentarse en dicha vegetación.

En entrevista con Notimex, reveló que la Ciudad de México tiene una superficie total de 148 mil 646 hectáreas de las cuales 41 mil 636.9 es la superficie forestal, siendo los pinos la especie más representativa al cubrir 33 mil 637 hectáreas.

En ese sentido, explicó que las especies predominantes de pino y oyamel en el Valle de México son los pinus “hartwegii”, “montezumae”, “rudis”, “teocote”, “leophylla y algunos otros pinos como el “patula”, “gregii”, “ayacachite”, “radiata” y el oyamel “Abies religiosa”.

Desde luego también la ciudad cuenta con bosques de hojosas (con árboles de hojas plana a diferencia de los pinos que tienen hojas de aguja) y cuyas especies son el Tepozan, Madroño y Aile.

Además, las delegaciones con mayor superficie forestal son Milpa Alta, con 15 mil 665.42 hectáreas, y Tlalpan, con 14 mil 578.95 hectáreas.

De las especies que pueblan el Valle de México las hay aquellas que son nativas de la zona, pero también existen especies que han sido introducidas con el paso del tiempo, como en el caso del pino Radiata y que normalmente crece a nivel del mar y hasta mil 300 metros.

Es ahí en que se comienzan a presentar los problemas, ya que realmente las plagas como tales no existen, sino que cuando las condiciones son adversas y las especies vegetales no son las idóneas uno mismo crea el problema fitosanitario”.

En pocas palabras, al introducirse especies que responden a condiciones ambientales diferentes, es común que suelan adquirir cierto estrés que al final se traduce en un debilitamiento de la especie y a su vez favorece la aparición de plagas.

Franco detalló que las plagas que generalmente afectan a los árboles en la Ciudad de México son las generadas por los “descortezadores” y algunas variedades de muérdago, por lo que Conafor mantiene una labor constante para detectar y trabajar en el control de dichas plagas.

Gracias a esta labor constante, la Comisión Nacional Forestal (Coanfor) ha podido determinar que un factor indispensable para que se generen las plagas son las variaciones climáticas.

De esta manera, se puede ver como las condiciones de sequía o de calor intenso generan un estrés que deja a los árboles vulnerables a especies de descortezadores que en condiciones naturales suelen presentarse, pero sin convertirse en una plaga.

Un caso ejemplar es precisamente el registrado en una superficie de 33 hectáreas donde se sembró pino Radiata, el cual comenzó a introducirse desde hace 30 años y que derivó en un principio en la presencia de zonas forestales espectaculares con árboles hermosos.

Sin embargo, debido a que el pino responde a condiciones naturales que no rebasan los mil 300 metros sobre el nivel del mar, la vegetación terminó por estresarse de manera que en dos hectáreas en particular se presentó una plaga de descortezadores que hasta esta semana pudo ser controlada, reveló.

Desde luego, dicha área tuvo que ser sometida a un tratamiento de derribo y aplicación de algún tratamiento contemplado dentro de la NOM-019, considerando el ciclo de vida del insecto y los respectivos cuidados.

A fin de hacer frente a todas estas condiciones y garantizar la salud de los recursos forestales de la zona, la Conafor, mediante el programa Nacional Forestal anual (Pronafor), destina recursos a los dueños y poseedores de recurso forestal que lo soliciten.

El fin es ayudarlos a aplicar el tratamiento necesario para combatir tanto la presencia de los insectos descortezadores como de las diversas variedades de muérdago, así como plantas epífitas como el heno motita, que seca ramas de pinos, así como plantas trepadoras que cubren por completo las copas de los árboles.

Además, a través del Comité Técnico de Sanidad Forestal se llevan a cabo cursos de capacitación para el personal técnico que presta sus servicios a los núcleos agrarios, cuenten con conocimiento y puedan detectar de manera oportuna alguna plaga o enfermedad.

Por último, la bióloga recomendó que cuando se detecten problemas fitosanitarios que lo haga del conocimiento de la Conafor a fin de poderles brindar la atención oportuna y evitar que se produzca una plaga que cause daños considerables a los recursos forestales.