Deshacerse de malos policías, ¿cuestión de pesos?

Recursos mal distribuidos
Murió Martínez Corbalá
Rezar por la paz

En la cadena de factores que posibilitan la infiltración de los grupos criminales en los cuerpos de seguridad del estado para extender el manto de impunidad, hay uno que pocas veces se le menciona porque las cifras que le acompañan son elevadas y porque obliga a que se discuta en público su solución, pero, como ésta se encuentra medida en pesos, las autoridades prefieren autoconvencerse de que el problema puede desaparecer si se le mira de lejos.

El número de elementos de seguridad que pese a haber reprobado los exámenes de control y confianza continúan laborando en las corporaciones es alarmante. Hace un par de meses la organización Causa en Común dio a conocer los datos: 275 policías estatales, 147 en la Procuraduría General de Justicia del Estado, 582 policías municipales y 10 por ciento del personal asignado a Centros de Reinserción Social.

¿Por qué no se les da de baja? La versión oficial es que no hay dinero para pagar las liquidaciones de tantos policías. La diputada Martha Orta Rodríguez pidió a los tres niveles de gobierno que dentro de sus proyectos presupuestales para el siguiente año aparten una partida especial para hacer frente a esta situación.

¿Cuánto costará su despido? No parece que alguien se haya tomado la molestia de hacer el cálculo, ni siquiera se sabe cuántos elementos más se sumarían a la lista de reprobados si se actualizara la información. Sin embargo, los recursos para poder deshacerse de los malos policías no escasean, sino que están mal distribuidos.

Seguramente los 51 millones y medio de pesos que sólo en esta Legislatura los diputados se autorizaron como incremento a su partida salarial serían bastante más útiles en un fondo de liquidaciones para corporaciones policiacas; no obstante, desde la tribuna ningún legislador pidió que se les recortara el monto destinado a sus dietas del próximo año para destinarlo a donde se requiere con mayor urgencia.

Y así, mientras el estado requiere fortalecer a sus cuerpos de seguridad, los diputados prefieren despedir su último año de funciones con un sueldo de 250 mil 646 pesos.

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Falleció el diplomático y ex gobernador interino de San Luis Potosí, Gonzalo Martínez Corbalá. No se reveló la causa de muerte, pero se sabe que se encontraba recuperándose de una intervención quirúrgica en la casa que desde hace años habitaba en la Ciudad de México.

Martínez Corbalá se desempeñó como gobernador interino luego del conflicto poselectoral que derivó en la renuncia del priísta Fausto Zapata Loredo y duró un año en el cargo, del 10 de octubre de 1991 al 9 de octubre de 1992.

Se destacó como embajador de México en Chile durante el último año del gobierno de Salvador Allende antes y durante el golpe militar. Martínez Corbalá pidió permiso al gobierno de Luis Echeverría para dar asilo a ciudadanos chilenos perseguidos por la dictadura de Augusto Pinochet, entre los que se encontraba el poeta Pablo Neruda, quien finalmente se negó a abandonar su país.

Asimismo, fue embajador de México en Cuba, puesto que le sirvió para formar una relación cercana con Fidel Castro. En 2003 escribió el libro La historia que viví donde narra anécdotas junto al general Lázaro Cárdenas y sus años como diplomático.

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A la estadística de muertes violentas se agrega el hallazgo del cuerpo de un hombre en la delegación de Villa de Pozos. Rezar un rosario por la paz, aconsejó el arzobispo de San Luis Potosí a los potosinos como remedio para frenar la creciente violencia. Rezar… ¿y después?

(Redacción: Jaime Nava)