El negocio de Uber

Jaime Nava

Parece que tanto el gobernador como todos los integrantes del Congreso de Estado son cómplices de los intereses que una y otra vez frenan cualquier intento por regularizar la operación de Uber en San Luis Potosí. Aparentemente las amenazas hechas por taxistas –y su reciente cumplimiento– fueron suficientes para convencer a Carreras López de que debe continuar en su papel de gobernador ausente mientras que los supuestos representantes populares ocupan su tiempo en sacarle provecho a la bronquitis, disputar la coordinación de bancada o llevar cubetas (sí, leyó usted bien) a las colonias como hizo el Chilitititito Serrano, que, además, tuvo la puntada de pedirle a gente que no se fueran porque les iba a entregar un regalo.

Volvamos a Uber. Desde que comenzaron a escucharse los rumores sobre el posible inicio de operaciones de la empresa en la entidad hubo voces encontradas: por un lado los taxistas se oponían –y se oponen– a que exista otro servicio de transporte que no sea manejado por ellos; por el otro el diputado Sergio Desfassiux jugaba a la regulación del servicio al tiempo que el estira y afloja político obligaba a la ciudadanía a utilizar un servicio “ilegal” tolerado por las inactivas autoridades.

¿Quiénes se benefician de la violencia entre taxistas y choferes? ¿De quiénes son las cuentas que se abultan manteniendo fuera de la ley a Uber? La titularidad de la franquicia –por llamarle de alguna manera– de Uber se dijo que la ostentaba el senador Teófilo Torres Corzo. Curiosamente el suplente en el Senado es Alejandro Leal Tovías, actual secretario general de Gobierno, que alegó desconocer si Uber operaba en San Luis Potosí cuando ya se había documentado el funcionamiento de la empresa. Si el secretario no mintió entonces debe preocuparnos que un funcionario de su nivel desconozca un asunto tan elemental y, si por el contrario, mintió, ¿por qué lo hizo?

El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el estado, Ramiro Robledo, recientemente declaró que existe la necesidad de emitir una convocatoria para concesionar más unidades de taxis con el argumento de que la demanda está sobrepasando la capacidad para atender a la ciudadanía. Si esto fuera cierto, y no un mero pretexto para calmar los ánimos violentos de algunos ruleteros, quiere decir que los taxistas han mentido cada vez que declaran que la presencia de Uber les ha hecho perder ganancias.

Si el mercado es tan amplio que ambos servicios de transporte pueden subsistir sin afectarse, ¿por qué continúan retrasando su regulación? Probablemente, quienes en verdad se benefician de la “ilegalidad” de Uber reciben jugosas ganancias manteniendo la amenaza de una agresión de parte de taxistas como un elemento disuasivo para limitar el ingreso de más personas que ven en la plataforma de Uber una oportunidad para autoemplearse.

¿Quién le ha movido los hilos al perredista Sergio Desfassiux para presentar y retirar iniciativas encaminadas a legalizar la actividad de Uber? ¿Por qué ningún otro diputado ha presentado una propuesta para darle solución al tema y evitar más hechos violentos?

Desde hace meses las mismas autoridades que arguyeron no saber si Uber estaba funcionando o no y que en silencio toleraron su presencia y la experimentación de los inversionistas vinculados al poder, ahora han emprendido una “cacería” de vehículos sin que estén muy claras las intenciones detrás de su inquisitiva conducta. ¿Cuándo sí y cuándo no se cumple la ley?

Los poderes Ejecutivo y Legislativo poca luz ofrecen para encontrar respuestas claras; no obstante, lo único diáfano es que son corresponsables de la violencia que se ha generado en los últimos días, son corresponsables de la tensión social y, en especial los funcionarios estatales, no deberían permanecer en un cargo en el que constantemente han demostrado que son mentirosos o incapaces.

Han pasado 207 días sin que se sepa el paradero de la pequeña Zoé Zuleica Torres Gómez.

¡Que la UASLP baje los costos de posgrados y licenciaturas! #EducaciónParaTodos

¡Ni un día más en el silencio, ni un día más sin Carmen Aristegui!

@JaimeNavaN