Liberan precio de la gasolina; temen aumentazo
17 noviembre, 2017
Gasolinazo: ¿sí o no?
17 noviembre, 2017

En perjuicio de la ciudadanía

Ignacio Betancourt

Lo que la propia sociedad civil no haga a su favor, nadie lo hará por ella. Los gobiernos pagados por la población con sus impuestos, para que a su vez le sirvan, la protejan y le ayuden a resolver los múltiples problemas de toda organización social son un gran fraude pues ocurre todo lo contrario: la inmensa mayoría de funcionarios y funcionaretes sólo existen en perjuicio de la ciudadanía, y las más espectaculares desgracias más bien las propician que las evitan. Bastaría preguntar a los atribulados ciudadanos acerca de robos, secuestros, desapariciones forzadas, burocratismo, corruptelas sin límite, malos tratos institucionalizados, amenazas, despojos y una lista de agresiones sin final, para entender objetivamente en dónde se origina tamaño mal.

Los mismos empresarios comienzan a reflexionar acerca de la necesidad de algunas rectificaciones; ellos quienes nunca se han caracterizado por pensar en un trato más humanitario para la población, a la que jamás aluden como explotada pues ellos para sí mismos y para los de su calaña sólo proporcionan empleo, nunca explotan y mucho menos destruyen las vidas de quienes les sirven. Todos los grandes explotadores de los seres humanos, al morir van al cielo pues son quienes ayudan a sobrevivir a “los güevones” que los enriquecen con los peores y más mal pagados empleos del continente.

Así pues, los grandes beneficiarios de la más elocuente explotación salarial y humana (vgr. outsourcing, despojos de propiedades indígenas, etcétera), hoy deben reconocer que los cambios que México requiere para tener “una política industrial exitosa, educación, seguridad, menos desigualdad social”, deben ser generados por la propia sociedad organizada pues asumen que no hay condiciones (siempre lo han sabido, ellos las propician) para esperar del gobierno mexicano ninguna mejoría popular.

En un evento titulado Jornadas “Hacer México”, convocadas por un llamado Instituto de la Mexicanidad hace algunos días, dirigentes sindicales y dirigentes empresariales aceptaron como ciertos los miserables sueldos que mantienen con gran éxito la desigualdad en el país, reconocieron que un trabajador gana en México entre tres mil y cinco mil pesos mensuales mientras los ejecutivos perciben 300 mil o 400 mil pesos en el mismo período; y aún señalaron que el 10 por ciento del personal se puede llevar el 90 por ciento de la nómina; ahí se señaló que “los grandes retos del gobierno mexicano y del sector privado son encontrar una estrategia para evitar que la creciente robotización de la industria propicie más desempleo”; así lo reconoció el empresario Salomón Presburger y además sugirió ver la capacitación no como un gasto sino como una inversión. A todo esto ¿qué opinarán los trabajadores?

Y cambiando radicalmente de tema, esta columna invita a sus lectores el próximo martes 21 de noviembre a la 19 horas, a conmemorar en el bar La Montaña (Constitución y Arteaga, barrio de San Sebastián) los cuarenta años de la publicación del libro de cuentos De cómo Guadalupe bajó a la montaña y todo lo demás, Premio Nacional de Cuento INBA 1976 publicado en noviembre de 1977 (aún se sigue leyendo), en la serie del volador de la editorial Joaquín Mortiz. Viene el escritor Juan Villoro quien hará el comentario junto con el autor de los cuentos. La entrada es gratuita y cada quien paga lo que consume.