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La cohesión y organización entre los individuos de un grupo son variables clave para lograr propósitos colectivos. Esto también es vital al momento de influir en la toma de decisiones públicas y sobre todo para tener resultados efectivos en la competencia por el poder político.
Hace pocos días en una charla de “política en el bar”, un evento abierto al público para la discusión de temas de relevancia política en SLP, que se lleva con regularidad los jueves cada quince días a las 19:00 hrs. (en el céntrico Bar “La Régula” de la calle Bolívar); en una de las sesiones en las que estuve presente, se tocó el tema sin duda trascendente de lo complicado que resulta para la sociedad civil organizada llevar con éxito temas de la agenda social a la agenda pública, y sobre todo lograr influir con éxito sobre temas legislativos que tratan la ampliación de derechos civiles y sociales.
Fue algo ineludible reflexionar que esa tarea complicada se debía, entre muchos factores, a las divisiones que se dan en las redes de organizaciones civiles que tratan estos temas públicos. Y en términos generales en la sociedad en sí. Es decir, también se puede hacer el ejercicio contrario, si pensamos en quienes se dividen y no logran mucho, entonces pensemos en los que están unidos como organización política y logran muchas cosas que impactan en la vida colectiva para bien y para mal.
Es en este segundo punto, reflexionar en los que logran unidad como organización, donde podemos identificar quien se pone de acuerdo de manera efectiva para tomar decisiones relevantes. En la misma charla que comenté, una tesis importante fue que el PRI como organización política a lo largo de su historia, de alguna manera ha legado lo mejor y lo peor en términos institucionales y de avances de política en México. Para ponerlo de una forma simple y entendible, mientras ellos se ponen de acuerdo y se unen para influir con éxito y salvaguardar sus intereses en la agenda política nacional y local; la sociedad organizada, y la oposición partidista (tanto derecha e izquierda) se dividen de manera constante y por tanto fragmentan sus posturas, las cuales no llegan cohesionadas y por ello no logran influir en la agenda pública de una manera efectiva.
Si pensamos en lo positivo, estarán ahí varios diseños de políticas públicas, que aunque algunas sean hoy deficientes y muy endebles son vitales para nuestro país. Como el sistema de salud pública, el mismo sistema de partidos y las reformas electorales democratizadoras por citar algunos; son ejemplos que demuestran que cuando la clase política priista en su momento llegó a acuerdos de forma cohesionada, logró cambios institucionales importantes. Y empero, aunque muchas veces esos avances fueron diseñados y utilizados en beneficio del poder político del PRI; el detalle que importa es que cuando hay una sociedad civil y oposición que no se ponen de acuerdo para influir en la agenda y lograr cambios con una mayor utilidad social, el PRI cohesionado y sus intereses siempre llevarán la ventaja.
También hay ejemplos de lo contrario (como el navismo o la lucha estudiantil del siglo pasado). Es decir, cuando la sociedad se ha organizado para luchar en pro de intereses sociales y políticos más amplios, ese tipo de luchas organizadas resulta en cosechar varios logros y avances democráticos que la clase política en su conjunto debe resolver, presionada por un colectivo organizado y que se pone de acuerdo en cosas elementales.
A fin de cuentas este es un dilema de acción colectiva. Partidos que tienen mejores recursos e incentivos para lograr la unidad de propósitos, logran más o menos cohesionar las preferencias de muchos individuos, porque estos individuos se beneficiarían de lograr los objetivos colectivos que se logren como partido. Este punto es muy importante, pues al menos en la izquierda social y en la partidista en su historia institucional se ven las constantes divisiones y luchas sectarias que han impedido la cohesión de mínimos acuerdos que coadyuven a sacar adelante propuestas electorales solidas que propongan una forma diferente de hacer las cosas.
Al menos en el plano federal y local esa imposibilidad de lograr hacerse con el poder institucional, es producto de esas constantes y divisivas pugnas por el poder al interior de la izquierda y sus dirigencias. Rememorando a uno de mis profesores, el querido y brillante Víctor Hugo Martínez González; tal parece ser que la izquierda partidista ha padecido a lo largo de esa rica historia institucional, tanto en el plano nacional, y como se replica en el plano local de SLP, una serie de “fisiones y fusiones, divorcios y reconciliaciones” que la han marcado de manera profunda y en alguna medida dificultado su avance como fuerza electoral y sobre todo como una potencial plataforma generadora de políticas públicas distintas a las que ha aplicado en un nivel más amplio el PRI y el PAN.
Todos los párrafos anteriores espero sirvan para reflexionar sobre la importancia de ponerse de acuerdo en propósitos elementales. Lo digo en alusión a la próxima renovación de dirigencias partidistas locales de MORENA en SLP. En este interesante proceso de renovación se ven ya algunos signos de división y de luchas internas que no abonan a nada. Incluso alusiones personales hechas como falsos argumentos para descalificarse entre adversarios se han podido observar en días recientes.
Este problema no es exclusivo de la izquierda local, también la derecha lo ha padecido y ha tenido que pagar factura por ello. Y por último en el plano de la sociedad civil organizada, este es quizá uno de los problemas más importantes que impide que se cohesionen redes solidas que influyan en la agenda pública, por lo cual dejar a un lado protagonismos personales y ponerse de acuerdo en las estrategias de hacer notar los temas en conjunto es un reto principal.
Por último, y aparte de las reflexiones políticas, solo quiero hacer dos anuncios importantes. Uno es que del 10 al 13 de septiembre de este año se llevará a cabo el 1er Festival Multicultural de Migración (https://www.facebook.com/depasopalnorte?pnref=story) , con varios eventos artísticos y académicos para concientizar sobre el problema humano de la migración, y la visita del Padre Alejandro Solalinde el día 12 en el Auditorio de la Facultad de Derecho de la UASLP a las 12:00 horas.
El otro es la proyección en estreno nacional del Documental “Soñando Despierto” en la Cineteca Alameda el próximo 2 de octubre a las 19:30 horas acerca de historias de éxito y lucha de jóvenes mexicanos; como el caso del potosino “Gus” Guevara, de quien en lo personal puedo decir que es un admirable y luchador joven, activista en pro de los derechos de personas con discapacidad. Convoco de manera amable a mis amigos y a todo lector a sumarse en estos dos importantes eventos.
