Rubén y Javier
4 agosto, 2015
violencia desaparición propuesta de reparación enfrentamientos Cuajinicuilapa , pensiones ,
Condena la ONU el “aberrante asesinato” de Espinosa Becerril
4 agosto, 2015

México SA: Economía decrece

reforma energética

P ara nadie es un secreto que en este 2015 –tal cual sucedió en los dos años previos– la economía mexicana ni lejanamente alcanzará la estimación oficial de “crecimiento” (3.7 por ciento en un principio, y 3.2, “ajustada” en mayo pasado como cota máxima), de tal suerte que, por si hubiera duda, se confirma que la primera mitad del gobierno peñanietista pasa a formar parte del grueso inventario de años perdidos, especialmente en el renglón social.

Si bien va en el presente año la economía repetirá el marcador de 2014 (2.1 por ciento), con lo que el promedio anual de “crecimiento” en el primer trienio de quienes aseguraban “saber gobernar” alcanzaría un raquítico 1.76 por ciento, menos de la mitad de lo originalmente comprometido. Incluso esa proporción resulta inferior a la reportada por Ernesto Zedillo (1.9 por ciento para el mismo lapso), cuando la economía se sostenía con un par de alfileres y los llamados “errores de diciembre” simple y sencillamente los retiraron, desatando una crisis de proporciones monumentales.

Ahora, oficialmente no hay crisis; las “reformas que necesita el país” han sido aprobadas y reglamentadas, y entraron en vigor; la economía mexicana (versión del “ministro del (d) año”) es la octava maravilla y los tecnócratas son felices porque, dicen, los “fundamentales” brillan como el oro, por mucho que todo lo demás, especialmente la parte productiva, se mantenga en el suelo.

Tal vez al equipo económico peñanietista le quede el consuelo de que su raquítico balance de esos primeros tres años resulta “mejor” que el de Felipe Calderón (una caída anual de -0.7 por ciento como promedio, “para vivir mejor”) y Vicente Fox (0.6 por ciento), pero el hecho es que sexenio tras sexenio, desde el advenimiento de la tecnocracia, los resultados son cada vez peores y sin visos de corrección.

Cómo estará la cosa, que a estas alturas hay fiesta en Los Pinos porque la economía “creció” algunas migajas (alrededor de 2 por ciento), cuando décadas atrás todos los años pasaba de 6 por ciento. Y ese raquitismo ha sido el resultado sexenio tras sexenio: el que prometió “renovar” al país, el de la “solidaridad”, el del “bienestar para la familia”, el del “cambio”, el de “vivir mejor” y ahora el del “México en movimiento”. Fracaso tras fracaso a lo largo de 33 años, pero insisten en que “vamos por el camino correcto”.

En el caso concreto del actual inquilino de Los Pinos, para su primer año de gobierno prometió un crecimiento económico de 3.5 por ciento, pero en los hechos a duras penas alcanzó 1.1. En 2014, ya con las “reformas estructurales” aprobadas y su reglamentación también, comprometió un avance de 3.9 por ciento, aunque de milagro registró 2.1. Para 2015 ofreció 3.7 por ciento, pero el mejor pronóstico es de 2.1-2.2. De cumplir su oferta, en su primer trienio en la residencia oficial el crecimiento promedio anual sería de 3.7 por ciento, pero en los hechos el “logro” es menor a la mitad.

Poco antes de su viaje a Inglaterra, en marzo pasado, Enrique Peña Nieto declaró al rotativo Financial Times que su gobierno debe “reconsiderar hacia dónde nos dirigimos” pero, como tantas otras cosas, tal señalamiento no trascendió el discurso. Se aferran al manual, insisten por la misma ruta, utilizan los mismos operadores fallidos y se estrellan con la misma pared. Y allí está el resultado de la “reconsideración”.

En fin, sirva lo anterior para entender por qué los especialistas en economía del sector privado, consultados permanentemente por el Banco de México, una vez más decidieron recortar su estimación de “crecimiento” económico para 2015. Se trata del tijeretazo número siete de siete posibles (de enero a julio, pues, amén que desde agosto de 2014 el recorte ha sido permanente), y de 2.6 por ciento en junio la redujeron a 2.55 por ciento. La cuenta regresiva comenzó en el último mes de 2014, cuando este grupo de expertos estimaba que para el presente año tal crecimiento sería de 3.35 por ciento.

Si se atiende el pronóstico entre 2013 y 2017 –el año previo a la sucesión presidencial– la economía mexicana habría “crecido” 2.5 por ciento, con lo que “las reformas que necesita el país” (EPN dixit) habrían sido tan resultonas como las aprobados desde que la tecnocracia se instaló en la residencia oficial.

Como “principales factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico en México”, los citados especialistas (35 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero, detalla el Banco de México) consideran los siguientes: problemas de inseguridad pública, debilidad del mercado externo y la economía mundial, plataforma de producción petrolera, inestabilidad financiera internacional, precio de exportación del petróleo, debilidad en el mercado interno y política fiscal.

Ya entrados en gastos, el Inegi dio a conocer que en mayo pasado el indicador coincidente (que refleja el estado general de la economía) se ubicó ligeramente por debajo de su tendencia de largo plazo al registrar un valor de 99.9 puntos y una baja de 0.04 puntos respecto al mes anterior (en enero no registró movimientos, mientras de febrero a la fecha reporta descensos). Por su parte, el indicador adelantado (que busca señalar anticipadamente la trayectoria del indicador coincidente) en junio se situó por debajo de su tendencia de largo plazo, al reportar un valor de 99.8 puntos, y una disminución de 0.05 puntos con respecto al pasado mayo (desde septiembre de 2014 no ha dejado de descender). En síntesis mal y de malas.

El indicador global de la actividad económica (uno de los componentes del indicador coincidente) acumula siete meses a la baja, siete el indicador de la actividad industrial y 11 las importaciones totales (hasta mayo pasado, en todos los casos). Por otra parte, el indicador de confianza empresarial se encuentra bajo la alfombra, pues desde octubre de 2014 se mantiene a la baja.

LAS REBANADAS DEL PASTEL

El dolarito “flota” muy alto, con todo y los 200 millones de billetes verdes que autorizó inyectar la Comisión de Cambios (Secretaría de Hacienda y Banco de México). Ayer en ventanilla se ofreció a 16.46 pesos… Ymientras los grandes empresarios no dejan de “exportar” sus capitales, el monto de las remesas enviadas por la paisanada se incrementó 4 por ciento en el primer semestre del presente año, con lo que acumularon 12 mil 89 millones de dólares.

Carlos Fernández Vega
Carlos Fernández Vega
Autor de la columna México SA de La Jornada. Presidente del Comité Editorial de filiales y franquicias de La Jornada.