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México SA: Fin de fiesta: dólar a 16

reforma energética

C uando –versión oficial– todo era miel sobre hojuelas (“el momento mexicano’’), se aceleraba la “modernización” del país y a los mexicanos se ofrecía un “futuro promisorio”, el tipo de cambio del peso frente al dólar (10 de marzo de 2013) rondaba 12.50 bilimbiques por cada billete verde, pero la ilusión y el gusto poco le duró al grupo recién instalado en Los Pinos. Dos años después la divisa estadunidense está a un tris de venderse a 16 pesos en ventanilla, una devaluación cercana a 28 por ciento en el periodo. Ayer cerró en 15.96 unidades.

Para los nostálgicos quedan aquellos lejanísimos tiempos en los que la divisa mexicana valía más que la estadunidense. Casi dos siglos atrás, y a lo largo de 54 años (datos históricos de Inegi), el tipo de cambio peso-dólar favoreció al primero, es decir, se requerían más billetes verdes para comprar un peso mexicano. Aunque parezca mentira este acontecimiento se registró entre 1821 y 1875, cuando por cada dólar se pagaban entre 93 y 98 centavos de peso. A partir de la última fecha referida, con Sebastián Lerdo de Tejada en la Presidencia, se “empató” el tipo de cambio (uno por uno) y de allí en adelante nunca más los mexicanos pudieron adquirir dólares en igualdad de circunstancias (tal vez como consecuencia de la “volatilidad pasajera” de la que tanto hablan en el gobierno).

Tiempo atrás, pero no tanto, los recortes presupuestales se aplicaban sin avisar, pero tanto se ha “modernizado” el país que ahora se notifican con un año de antelación, como desde Londres recientemente lo hizo el “ministro del año”. Para 2016 México ya no contará con un “presupuesto histórico” (como año tras año se presumía), como resultado del desplome de los precios petroleros, los cuales, dicho sea de paso, meses atrás le hacían los mandados al gobierno, según su propia versión.

Junto con el anunciado tijeretazo presupuestal para 2016, el gobierno mexicano reitera su disposición de cuidar el gasto público, “preservar la estabilidad” y “apretarse el cinturón” para cuidar cada peso del erario, algo que demostró fehacientemente en la reciente visita de Estado al Reino Unido, durante la cual, con tanto lujo y derroche, bien a bien no se supo quiénes eran los monarcas y las princesas, si los visitantes o los nativos de la isla.

El panorama, pues, no resulta grato. Por el contrario, como apunta el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), “el escenario se complica para 2015, pues por un lado, el consumo privado revela una escasa incidencia del magro crecimiento económico en la mejora del bienestar de la población, que ha incrementado modestamente su consumo, y, por el otro, los indicadores cíclicos adelantan un escenario débil para la economía en inicios del 2015”.

De nada sirve la instrucción presidencial, vía golpeteo propagandístico, de que se difundan las “bondades” del paquete de “reformas”, si éste no da resultados ni cumple con las expectativas que generó. Aun así, “ello no será suficiente, pues los pronósticos oficiales de crecimiento para el presente año ya auguran que no se alcanzará lo proyectado con las reformas aprobadas. Lo anterior implica que si bien el contexto es importante, las definiciones estratégicas que determinan el modelo de la economía bajo el cual se busca generar desarrollo, son aún más relevantes”.

Para el IDIC “la solución se encuentra en el mercado interno, fomentar la inversión privada productiva y la producción nacional, que permita generar un círculo virtuoso de crecimiento, empleo y desarrollo. Focalizar esfuerzos enfocados a la confianza en el desempeño de la economía al contexto internacional es el error que la llevó a una situación de crisis en periodos pasados”, y que presagia nuevos zarandeos a corto plazo.

Las limitantes estructurales se dan en un entorno de incertidumbre y menores prospectivas: reducción de los precios del petróleo, ajuste al gasto público, depreciación del tipo de cambio, escaso crecimiento de las economías desarrolladas, particularmente la desaceleración del sector industrial de Estados Unidos, y las condiciones de precariedad del mercado laboral que han incrementado la pobreza de un grupo de trabajadores mexicanos. Se trata “del escenario económico generado por un modelo que no detona crecimiento, deja una inercia, una situación que se debe revertir y que representa uno de los principales desafíos para México”.

De lo anterior dan cuenta los resultados del indicador mensual del consumo privado en el mercado interior, una de las consecuencias de la precariedad del mercado laboral y de la pérdida de poder adquisitivo: escaso consumo que se traduce en menor bienestar para la población. Durante 2014 este indicador mostró un incremento de apenas 2.2 por ciento, motivado principalmente por el consumo de bienes nacionales, lo cual es positivo en la medida en que incentiva el consumo a nivel local priorizándolo sobre los bienes extranjeros, pero que no alcanza para reactivar la economía.

La pérdida de fortaleza en esta variable, apunta el IDIC, “es un signo de que la recuperación económica es incipiente y, frente a los retos de 2015, su evolución puede denotar una mayor debilidad. Durante 2014 no se enfrentaron situaciones adversas del contexto internacional, como las que se presentan actualmente, particularmente con el menor gasto de gobierno, la devaluación del tipo de cambio y el menor precio del petróleo”.

Los resultados del Sistema de Indicadores Cíclicos, que muestran la evolución de la economía mexicana, son mixtos. Por una parte se muestra una ligera mejora con el indicador coincidente, el cual evalúa producción, empleo, consumo y sector externo. Se encuentra por arriba de la tendencia de largo plazo, mientras el indicador adelantado muestra una probable desaceleración”. En síntesis, una vez más está en entredicho la tan cacareada “recuperación económica”.

LAS REBANADAS DEL PASTEL

¡Y ahora con ustedes!… otro derrame tóxico en Cananea, Sonora. Ahora es cortesía de una minera perteneciente al Grupo Frisco, de Carlos Slim. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente notificó que la empresa Minera María derramó 180 metros cúbicos de solución gastada de cobre, “como resultado de una falla en el sistema de bombeo” y detalló que “el vertimiento, ocurrido el pasado sábado, afectó a un arroyo conocido como El Tordillo, debido a que llegó a los cauces pluviales”.

Carlos Fernández Vega
Carlos Fernández Vega
Autor de la columna México SA de La Jornada. Presidente del Comité Editorial de filiales y franquicias de La Jornada.