Otro ejemplo de periodistas que se unen por una ley
29 junio, 2015
El malogrado Pujal-Coy
29 junio, 2015

Para los artesanos, necesario unirse a asociaciones populares

artesanos

Artesano destaca el arte de realizar esculturas con cristal. Foto: César Rivera

Ricarlos I

“Muchos critican a las asociaciones populares, que porque concentran en ocasiones permisos para ambulantes y hacen manifestaciones, pero pues el problema es que en este país no hay quién más vea por los artesanos. El gobierno ni por error ayuda, la gente nos toma por indigentes y nos regatea todo, pero no consideran el costo del material ni los años que nos toma aprender y lograr hacer las piezas que hacemos”, opinó Gilberto Flores, artista de cristal que estuvo en una muestra artesanal en la plaza de Fundadores, quien explicó las dificultades que sufren diariamente y la imposibilidad de sobresalir por su cuenta que tienen él y todos sus compañeros.

A las ocho de la noche un grupo de gente se arremolinó en un puesto de una feria de artesanías reciente, colocada en la plaza de los Fundadores. En el lugar, un hombre de al menos 50 años utilizaba una llama para derretir varillas de cristal e ir dándole forma a las esculturas más diversas. Con un aplomo digno de un relojero y una flama a más de 500 grados celsius en la punta de sus dedos, poco a poco fue creando hojas, pétalos, pistilos, tallo, y hasta las letras que adornaran la escultura, el nombre de la joven para quien está destinada.

“Llevo en esto más de 40 años, casi 50. Empecé a los ocho y aún no termino de aprender. Es un arte y sólo la imaginación es el límite de lo que se puede hacer con el cristal y el fuego. La elaboración, por ejemplo, del piano me llega a tomar hora y media, haciendo pieza por pieza, Pero me ha tocado hacer cosas mucho más elaboradas, como figuras de San Judas, de la virgen de Guadalupe; hace unos meses hice junto con otro compañero un Ángel de la Independencia de metro y medio de altura, nos tomó dos días. Primero haciendo a los 12 patriotas que están en la columna original, luego la misma columna, a escala, y después el ángel, todo por separado y sin tener margen de error, porque al momento de armar todo debe encajar perfectamente”.

Dibujos personalizados, emblemas de escuelas, escudos familiares, le ha tocado hacer de todo. Incluso una vez, en un concurso, hizo siete elefantes para que cupieran en una pequeña cápsula, de esas de tamaño medicina. “Y así hice de varios animales. Con cristal, paciencia y esfuerzo, se pueden llegar a hacer desde figuras enormes hasta las cosas más pequeñas”, señaló.

“El precio que traemos a las muestras de artesanía a veces es demasiado bajo, pero pues sacrificamos ganancia por volumen. De poco sirve que las demos caras si vendemos dos. Algunos de los coloreados que usamos, específicamente el dorado, no es color artificial, es oro de entre 18 y 14 kilates que derretimos sobre el cristal. Con toda la elaboración y los materiales, una escultura que damos en 50 pesos, debería costar alrededor de 190, casi 200. La damos barata por ser una muestra, para promovernos, pero pues aún así hay quienes nos regatean”, lamentó.

Recordó que antes las ganancias llegaban a ser hasta de 90 por ciento, ahora “apenas conseguimos ganancia suficiente para mantenernos. Comprábamos la caja de varilla de vidrio en 80 pesos y ahora con las alzas y la crisis nos la venden en mil 800. Con la inflación y las devaluaciones, han subido como 10 veces su costo para México”.

Muestras artesanales, el único escaparate real

El artesano criticó la actitud mercantilista que rige en las ferias tanto nacionales como estatales en todo el país. “La gente de San Luis quiere y tiene derecho a ver las artesanías y la cultura de otros sitios, pero, diciendo la verdad, los organizadores lo último que les interesa es promover la cultura, ni siquiera el turismo. Dan tan caros los lugares en la feria que los únicos que los pueden pagar son los antros, los que venden cerveza o los que venden cosas chinas o piratería. No son sensibles ni a lo que quiere la gente ver y conocer, ni a lo que los artesanos pueden pagar”.

“Y es por eso que tenemos que unirnos a agrupaciones populares que a muchos no les gustan, de corte político como los antorchistas o la OFAP, porque sólo cuando están en grupos como ese se tiene fuerza suficiente para que al menos en muestras pequeñas se pueda presentar nuestro trabajo”, aseveró.

Es un atractivo, no sólo las figuras, sino ver cómo se van haciendo. Como no es un arte muy popularizado, a todo mundo le despierta curiosidad. También la razón por la que no se ha popularizado es falta de interés del gobierno. En Zacatecas, en Sinaloa, el gobierno le pagó para que fuera a darles cursos de iniciación, y ahora ya tienen sus propios grupos de escultores en cristal, aquí en cambio te tratan como si te hicieran un enorme favor, expuso.

Los trucos del arte

Agregó que lo primero para aprender es ver cómo se elaboran dos o tres piezas, y ya entonces, que son conscientes de cómo mantener el fuego, cómo colocarse a su alrededor y demás, entonces empieza a guiar sus manos, para que vayan sintiendo la consistencia del cristal al fuego; cuándo moldear, cuando calentar, etcétera. Luego de ahí van solos, aunque es hasta el tercer o cuarto intento que consiguen hacer lo que querían. Todo es ensayo y error, ahí no hay instrucciones porque cada uno debe apreciar la elasticidad del cristal por sí mismo para poder regular su propia fuerza y darle la forma que quiera y sin quemarse.

Ya para el tercer o cuarto día sabrán hacer piezas simples: “lo que sí les recalco antes es que en todo momento estén conscientes de cómo rebota la flama, porque es fuego, es peligroso si no se le respeta, es como ir manejando o estar cocinando. No se debe perder la atención. Contestar, mirar de reojo, pero no dejar descuidada jamás la flama”.

Sobre los daños colaterales a la vista, indicó que no es algo tan peligroso, sólo es cuestión de dejar descansar los ojos cada cierto tiempo. Aunque hay quienes prefieren usar lentos oscuros, pero no es obligatorio.

De las piezas coloreadas, advirtió que el uso de vidrio ya entintado no es recomendable pues “el químico con que se entinta el cristal brilla demasiado con el gas butano y el aire. La verdad en ese sentido es mucho más sencillo esculpir las partes, armarlas y pintarlas con pintura especial para vitral”.

Las herramientas son hechas por ellos mismos: “igual que ensayo y error, vamos agregándoles cosas a las pinzas, por ejemplo, una paleta con textura de lima, para hacer los pétalos. Las venas de las hojas, las hacemos mientras está suave el cristal y marcando con alambres, un punzón para ir dándole forma a las letras, etcétera”.

“No hay límite más que el ingenio propio. Si usted quiere hacer las cosas, las hace, y encuentra el modo de hacerlas”, sentenció.

JSL
JSL