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Exhibición muestra el simbolismo de la muerte como el último viaje

Los participantes en esta muestra intervinieron cada quien una valija con lo que consideraban el contenido necesario para el último periplo de la vida. Foto tomada de la cuenta de Twitter @CulturaCDMX

Merry MacMasters

Ciudad de México. El catálogo de “Hacia el más allá y de regreso. Una maleta para el último viaje”, exposición montada en el Museo de Arte Popular hasta el pasado 26 de febrero –ahora está en el Museo de Arte de Sonora- , fue presentado anoche en una sesión en que el tema principal no fue otro que la muerte.

La muestra consistió en invitar a 50 mexicanos e igual número de alemanes, tanto artistas y artesanos como personas de diferentes profesiones, a intervenir cada quien una valija con lo que consideraban el contenido necesario para el último periplo de la vida. La exhibición es parte de las actividades del Año Dual Alemania-México, 2016-2017.

Al arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma le llamó la atención, después de leer los pensamientos de cada uno de los participantes, y con base en el título, que “nadie mencionaba su regreso, todo se concentraba en la ida”. Es un aspecto que “vemos presente en muchas sociedades a lo largo y lo ancho de la historia desde el pasado más remoto hasta el momento actual”.

Claro, saben que en algún momento van a enfrentar la muerte, sin embargo “por medio del poder creativo el hombre trata en cierta forma de evitarla”, acotó Matos Moctezuma.

Para Felipe Martínez Arronte, geriatra y presidente de la Asociación Mexicana de Tanatología, los trabajos del centenar de personas las hizo de alguna manera pensar en su propia muerte. Agregó que trabajos de este tipo deben de existir porque “nos invitan a tener una actitud diferente hacia nuestra propia muerte y así quitar el miedo de hablar del tema”.

Gloria Carrasco, artista participante, se refirió a la maleta como un objeto con “un profundo significado simbólico y testimonial. Su forma sencilla y elemental representa cualidades de un gran potencial expresivo como soporte para desarrollar un proceso creativo mediante la incorporación de contenidos, intervenir, revestir y alterar para resignificar. La maleta fue a la vez una invitación, un pretexto para enfrentar nuestra visión más allá de la muerte, exorcizar nuestro temor a lo desconocido”.

También artista participante, Mónica Bizzarri coincidió que el proyecto “nos hizo en realidad hacer un viaje imaginario hacia nuestra propia muerte. No sólo pensarla, sino discutir acerca de ella”.