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Revuelo en Río por presencia del hijo de Assad, presidente sirio

El presidente de Siria Bashar al Assad durante una entrevista para una televisora en Damasco el 11 de Marzo de 2017. Foto Ap

Dpa

Río de Janeiro. Mientras Siria sigue hundiéndose en la guerra civil, el hijo mayor del presidente Bashar al Assad causó revuelo estos días en Río de Janeiro, donde unos periodistas brasileños lo descubrieron por casualidad participando en la Olimpíada de Matemáticas.

Joven, imberbe y con un inglés perfecto, Hafez al Assad, de 15 años, tiene claros parecidos con su padre, criticado desde hace años en gran parte del mundo como un sangriento dictador. A su primogénito, la atención mediática en Río le da un poco de vergüenza, ya que encima no consiguió un buen resultado en la competición.

Siria quedó al final en el puesto 56 entre más de 100 países participantes. El resultado de Hafez fue el peor del equipo. Sólo pudo resolver el 14.17 por ciento de las tareas y quedó a nivel indivual en el puesto 528.

La presencia del hijo del líder sirio hizo aumentar considerablemente los controles de seguridad en el hotel Windsor Oceánico, en Barra da Tijuca en el oeste de Río, donde se cerró en la tarde del sábado el evento.

Los ascensores estaban reservados únicamente para los 615 partipantes. Un portavoz de los organizadores brasileños explica que Hafez está acompañado siempre por un miembro de su delegación, registrado oficialmente como observador, aunque todos asumen que es un guardaespaldas.

“No tiene pinta de matemático”, dice el portavoz, sonriendo. Los reporteros del portal Globo que descubrieron unos días atrás la presencia de Hafez al Assad lo hicieron por casualidad, explica, cuando visitaban el hotel para hacer una pequeña historia sobre el evento internacional.

“Se acercaron a la delegación siria para preguntarles por alguna anécdota de la guerra civil”, cuenta. Entonces, un miembro de la propia delegación les señaló a Hafez: “Es el hijo del jefe”, les dijeron.

Bashar al Assad tiene tres hijos, Hafez es el mayor.

Después del revuelo que causó la charla con Globo, el joven evita hablar de política, posiblemente por instrucciones del Gobierno o de su propio padre.

“Aquí no se trata de política”, dice el cónsul sirio Sami Salameh, que lo acompaña ahora todo el tiempo en Río. “Lo siento”, comenta únicamente el joven.

Con Globo habló todavía con bastante más libertad sobre que ocurre su país, minimizando incluso la guerra. “Damasco es un poco como Río. La mayor parte de la ciudad es segura, sólo unas zonas no”, dijo.

Al hablar del conflicto, se atuvo a la narrativa oficial. “Es una guerra contra el pueblo. La población y el Gobierno están unidos contra los invasores”, aseguró.

“Quiero ser ingeniero”, comenta en la ceremonia de clasura del evento en Río. El cónsul Salameh intenta también trasladar una sensación de normalidad sobre lo que ocurre en su país. “Los participantes vienen de Damasco, Aleppo y Homs”, explica.

Los seis participantes del equipo representan el futuro de Siria, agrega, para el día en que haya paz.

En la guerra siria murieron en tanto más de 400 mil personas, según cifras de la ONU. Con ello, el conflicto se ha convertido ya en uno de los más sangrientos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945.

Uno de cada dos sirios dejó el país o es desplazado interno. Los países vecinos Turquía, Líbano y Jordania han recibido 4.6 millones de refugiados sirios. La expectativa de vida de los sirios se ha reducido en diez años, la de los hombres incluso en 13 años.

Hafez al Assad cree en el triunfo final del Gobierno de su padre. Por eso asegura que no tiene planes de dejar su país. “Nunca”, subraya.