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León, Gto. La volatilidad financiera que provocó el anuncio de que Agustín Carstens dejará su cargo como gobernador del Banco de México en julio de 2017 podrá extenderse hasta que se determine quién será su sucesor, advirtió Gabriela Siller Pagaza, directora de análisis económico y financiero del Grupo Financiero Base.
La incertidumbre se produjo de inmediato en el mercado cambiario al grado que el dólar interbancario se disparó hasta 20.87 pesos “que en ventanilla se traduce en 21 pesos”, dijo la especialista, entrevistada luego de participar en el 23 Congreso del Comercio Exterior Mexicano que se realiza en esta ciudad del Bajío.
No obstante, consideró que la transición será ordenada porque el Banco de México ha mantenido su autonomía no sólo en papel sino también en la realidad y descartó que sea un motivo de preocupación de gran magnitud como en otras épocas. Los mexicanos no deben estar preocupados por el cambio de gobernador del banco central y si el anuncio se hubiera hecho en 1994, dijo, se consideraría una catástrofe, pero actualmente la institución tiene muy buena reputación para controlar la inflación en niveles bajo.
“Hasta que se dé el anuncio de quién será el siguiente gobernador del Banco de México puede haber un tanto de volatilidad , pero una vez que se dé el anuncio bajará otra vez el tipo de cambio”, señaló. Empero, ponderó que más que por la salida de Carstens del banco central, la volatilidad cambiaria estará determinada por lo que diga el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump en los siguientes días y meses.
La salida de Carstens “sí genera un poco de miedo pero va a ser temporal pero habrá que ver quién queda como gobernador…Como estamos viviendo en un ambiente de mucha incertidumbre pues con el anuncio fue como agregarle otro poquito y el mercado cambiario está muy exagerado o acostumbrado a sobrerreaccionar”, comentó Siller.
Aclaró que si bien Carstens ha hecho “un buen trabajo” al frente del BdM y es el que da la cara, también la Junta de Gobierno, por lo que alguno de los subgobernadores podría sustituirlo y con ello se generará menos incertidumbre en los mercados.
Afirmó que ni siquiera el aumento de la tasa de interés que hizo hace unas semanas el BdM fue determinante para estabilizar el tipo de cambio porque “ya vimos que más bien está determinado por factores del exterior, porque con incrementos de 200 puntos base en la tasa de interés interbancaria el tipo de cambio quedó por arriba de 20 pesos por dólar. El tipo de cambio no se determina en México sino en el mercado de futuros de Chicago y ahorita las apuestas están en contra, sobre todo por el miedo de lo que vaya a generar Trump”.
La salida de Carstens del BdM puede verse desde dos perspectivas: por un lado, que el funcionario es el mejor economista de México y por eso fue invitado a convertirse en el gerente del Banco de Pagos Internacionales, y por el otro resulta una mala noticia para el país sobre todo por el buen trabajo que ha hecho.
Siller señaló que aunque la renuncia de Carstens se haga efectiva hasta julio de 2017, el que haya hecho el anuncio desde ahora, cuando “las aguas estaban más o menos tranquilas y para preparar a los mercados”, aun cuando reconoció que cualquier cambio puede producir volatilidad y alzas al tipo de cambio.
La especialista estimó que la inflación llegará a 3.5 por ciento en 2016, lo que aún se ubica dentro de la meta prevista por el BdM, y para 2017 calculó que subirá hasta 4.5 por ciento. “Seguramente en enero algunos de los importadores aprovecharán para hacer incrementos de precios”, dijo.
