Armando G. Tejeda, corresponsal

Madrid. Al grito de “fuera golpistas de la universidad” y “fascistas y asesinos”, un grupo de 200 jóvenes universitarios con el rostro cubierto impidieron que impartieran una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid el ex presidente del gobierno español Felipe González y el presidente del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián.

Los jóvenes, que llegaron a usar la fuerza para entrar en el aula, leyeron un comunicado en el que señalaron a González como el responsable del terrorismo de Estado en la década de los ochenta y le acusaron de aliarse con la extrema derecha y los empresarios más poderosos en América Latina con el único fin de enriquecerse.

Felipe González y su amigo, Juan Luis Cebrián, tenían previsto participar hoy en unas jornadas de debate tituladasSociedad y cambio global en la Universidad Autónoma de Madrid, la segunda institución pública más grande la capital española.

Antes de que iniciara el acto y de que entraran a la sala de conferencias los dos protagonistas del día, unos 200 estudiantes cerraron los accesos al aula, desplegaron sus pancartas con consignas contra ellos y gritaron a viva voz acusaciones como “fascistas”, “asesinos” o “Felipe González, tienes las manos manchadas de cal viva”.

La idéntica acusación que le vertió el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en la sesión de investidura del socialista Pedro Sánchez, en la que la formación morada impidió que saliera elegido mandatario el hoy defenestrado líder socialista.

La protesta vivió momentos de mucha tensión, sobre todo cuando los estudiantes empujaron la puerta para entrar por la fuerza al recinto o cuando lanzaron petardos que provocaron un fuerte estruendo en el aula.

Los estudiantes le recordaron a González y a Cebrián que “no son bienvenidos” en la universidad, y señalaron a ambos como los máximos responsables del “golpe palaciego en el PSOE que ha desbancado a Pedro Sánchez como secretario general con el objetivo de permitir que gobierne el Partido Popular (PP)”.

Los estudiantes también señalaron a González como “amigo de dictadores”, como el rey Mohamed VI de Marruecos, o de líderes y empresarios de extrema derecha en América Latina, sobre todo en Colombia, México y Venezuela, donde mantienen una estrecha relación con la “oligarquía”. También le recordaron a González su pasaje más escabroso durante su largo periodo en el poder (1983-1996), que fue cuando desde su gobierno se financió a los Grupos Terroristas de Liberación (GAL), que utilizaron técnicas y métodos terroristas para aniquilar a los dirigentes, militantes y simpatizantes de ETA y del independentismo vasco.

De hecho, la referencia a la “cal viva” es por la muerte de los jóvenes José Antonio Lasa y José Ignacio Zavala, que desaparecieron en 1983 y fueron encontrados sus cuerpos enterrados en cal viva diez años después y a más de 500 kilómetros del lugar del que fueron secuestrados por los GAL.

A Cebrián lo acusaron de ser “un periodista del régimen”, que pasó de ser un directivo de la Televisión Pública Española durante la dictadura de Francisco Franco y enarbolar la supuesta transición a la democracia desde el diario El País, publicación que también criticaron por su radical viraje a las tesis más derechistas y conservadoras.

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