Emir Olivares Alonso

Ciudad de México. Frente a los fenómenos naturales que han impactado en varios países del continente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) convocó a los Estados y a la comunidad internacional a ofrecer una respuesta inmediata en materia de asistencia humanitaria, a fin de responder a la crisis que enfrentan miles de personas afectadas en la región.

Esta instancia de la Organización de Estados Américanos subrayó la importancia de garantizar las obligaciones internacionales de derechos humanos en todas las circunstancias durante la emergencia y adoptar medidas para responder a los impactos del cambio climático, que cada vez afecta a quienes menos tienen.

El organismo dio a conocer este martes un posicionamiento luego de que los huracanes Irma y Harvey afectaran a miles de personas a su paso por el Caribe, Estados Unidos y México; y por el intenso sismo que azotó varios estados del territorio mexicano, dejando gran destrucción y muertes (96 hasta esta mañana) en Oaxaca, Chiapas y Tabasco.

“La CIDH hace un llamado a los Estados de la región para adoptar mecanismos de responsabilidad compartida y de respuesta colectiva para responder a la situación de la población afectada y la población desplazada. La adopción de medidas debe integrar aspectos específicos a garantizar durante el desplazamiento y para el posterior retorno o reasentamiento de las personas, tales como garantizar asistencia humanitaria a través del establecimiento de albergues que cuenten con agua y comida, servicios médicos, sanitarios y educativos, así como de mecanismos que faciliten la recuperación de las propiedades y posesiones de las personas o el acceso a compensaciones por pérdidas materiales, tal como se encuentra establecido en los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos”.

Enfatizó que estas acciones deben ir más allá de la asistencia humanitaria, dado que los efectos del cambio climático son cada vez más y más severos. “Deberán por ello conllevar elementos que también contribuyan a la preparación y resiliencia a largo plazo de estos Estados y comunidades, como son proporcionar apoyo de capacitación para mejorar los sistemas de comunicación y prevención y ayudar al desarrollo de programas que minimicen la vulnerabilidad de poblaciones marginadas, sólo de esta manera podrán reducir su riesgo cuando se acerque la siguiente desastre natural”.

La CIDH expresó sus condolencias y solidaridad a los familiares de las personas que han perdido la vida y con los afectados debido a estos fenómenos naturales. Además, se puso a disposición de las autoridades de los países afectados y de la comunidad internacional para colaborar, dentro del marco de sus funciones, con las iniciativas que se pongan en marcha para superar esta crítica situación.

El comisionado presidente, Francisco Eguiguren, señaló: “Los desastres naturales que estamos viendo en la actualidad, junto con los diversos impactos del cambio climático, nos demuestran dos cosas fundamentales, por un lado, que ningún país es ajeno a su impacto y sus consecuencias en materia humanitaria y de derechos humanos. Por otra parte, también podemos ver cómo países del Caribe, que suelen contaminar menos y por ende tener un menor impacto en materia de cambio climático, son los que están teniendo un impacto más fuerte con este tipo de desastres”.

El Comisionado Luis Ernesto Vargas, relator de Personas Migrantes y Desplazados de la CIDH, añadió que “momentos de crisis como estos nos obligan como continente americano y como comunidad internacional a dar una respuesta coordinada, apelando a una idea de justicia climática. En este sentido, no basta brindar asistencia humanitaria, sino que se debe atender a las obligaciones en materia de derechos humanos de personas desplazadas como consecuencia de factores medioambientales. Esto requiere que además de la asistencia humanitaria que se proporcione después de cada desastre natural, es necesario que los Estados dispongan de sistemas de recuperación y prevención más sustentables”.

La comisionada Soledad García Muñoz, relatora especial sobre Derechos Económicos, Sociales y Ambientales de la CIDH, manifestó: “Desde esta Relatoría vamos a prestar especial atención al impacto del cambio climático y los desastres naturales en el goce efectivo de los derechos humanos, en particular respecto de personas, grupos y colectividades en situaciones de vulnerabilidad. Hacemos un llamamiento a los Estados del continente a comprometerse activamente con la protección, preservación y mejoramiento del medio ambiente”.

La CIDH apuntó con preocupación “que existe una relación entre el cambio climático y los desastres naturales, los cuales están teniendo un grave impacto en el goce efectivo de los derechos humanos de millones de personas, en particular en personas en situación de pobreza o en situaciones de vulnerabilidad”.

Agregó que de acuerdo con el Informe de Riesgos Globales 2017 del Foro Económico Mundial, el primer riesgo en términos de probabilidad es el acontecimiento de sucesos climáticos extremos, seguido en segundo lugar por el riesgo de migración forzada a gran escala, y en tercer lugar el riesgo de grandes desastres naturales.

Asimismo, planteó que la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas ha manifestado que si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando, la temperatura media global de la Tierra en superficie podría incrementarse más de 4 grados de aquí a fines del siglo XXI.

“Lo anterior se traducirá en un aumento del calor que traerá consigo un incremento de fenómenos meteorológicos extremos como tormentas y huracanes que tendrán efectos importantes en la calidad del aire, lo que puede ser mortal para la especie humana”.

La CIDH también recordó que en la Declaración de Brasil “Un Marco de Cooperación y Solidaridad Regional para Fortalecer la Protección Internacional de las Personas Refugiadas, Desplazadas y Apátridas en América Latina y el Caribe” los Estados de Latinoamérica y el Caribe reconocieron los desafíos planteados por el cambio climático y los desastres naturales, así como el desplazamiento de personas a través de fronteras que estos fenómenos puedan generar en la región y el reconocimiento de la necesidad de realizar estudios con miras a apoyar la adopción de medidas, herramientas y lineamientos nacionales y regionales adecuados, incluyendo estrategias de respuesta en los países de la región, planes de contingencia, respuestas integradas de gestión del riesgo de desastres, así como garantizar programas de visas humanitarias, en el marco de su competencia.

“La CIDH insta a los Estados a desarrollar e implementar programas de mitigación, adaptación y resiliencia para ayudar a que los países y comunidades sean más independientes y a disminuir los riesgos y destrucción que puedan generar los desastres naturales. También recuerda que el Acuerdo de París, firmado por 193 Estados y en la actualidad ratificado por 97, establece que los Estados desarrollados se comprometen a ayudar a los Estados menos desarrollados a adaptarse al cambio climático, a proporcionar tecnología, asesoría, y fondos”.

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