Federico Anaya Gallardo
Repasé para ti, querida lectora, en mi entrega de esta semana en RompevientoTV, las reacciones de la comentocracia hegemónica al nombramiento de Pablo Gómez Álvarez al frente de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral. Se me quedó en el tintero decirte que el viernes 8 de agosto de 2025, Reforma cabeceó una nota así: “Reniega Pablo Gómez de las plurinominales”. Eso, pese a que el reporte de su periodista, Nadia Rosales, decía otra cosa. Si lees la nota completa verás que Gómez ponderó el objetivo (¡y el mérito!) de la reforma de 1977-1978 recordando que las diputaciones plurinominales permitieron entrar a las oposiciones a los órganos legislativos. Y contrastó ese éxito con la realidad actual, en la que las élites de los partidos políticos controlan los 200 diputados y 32 senadores pluris. El posicionamiento de Pablo fue muy claro y detallado.
¿Adónde dijo eso Pablo? En la emisión 18 del programa La Moreniza –conducido por la presidenta nacional del gran partido obradorista que se transmitió por 4TV –el canal YouTube de esa organización. ¿Cuándo? El jueves 7 de agosto de 2025, aunque el video se subió al canal al día siguiente. (Liga 1.) De ese programa se deberían recuperar varios puntos relevantes. El más interesante apareció cuando Gómez Álvarez dijo en el minuto 08:57 : “No me hablen de regresiones, háblenme de progresiones. ¿Qué es lo que queremos oír? No inventar cosas que no están en la mesa”. Otro, igualmente esencial, es que la Comisión Presidencial NO tiene una propuesta hecha y que está abierta a escuchar cualquier idea de reforma.
Pese a la petición de Pablo, la conversación general ha seguido en la línea de las regresiones y no de las progresiones. Veamos aquéllas primero y luego aquéstas.
El viernes 8 de agosto de 2025, en La Octava del Grupo Radio Centro, se presentó una entrevista de Hernán Gómez Bruera con Gómez Álvarez (Liga 2, la entrevista del min. 35:40 al min. 57:31). El joven entrevistador presionó al titular de la Comisión Presidencial con las siguientes líneas narrativas: Primera, que era inexplicable que se propusiera una reforma electoral desde el Gobierno de la República, cuando ese tipo de cambios siempre se habían impulsado primero desde la oposición (min. 36:38). Segundo, que no se entendía por qué la comisión sólo incluía a subordinados de la Presidencia de la República (min. 40:16). Tercero, que parecía que Pablo Gómez sería el sepulturero de la representación proporcional que a él mismo le había beneficiado en su juventud (min. 46:45). Cuarto, preguntó qué se estaba pensando en materia de financiamiento (min. 51:05) señalando que muchos partidos podrían morir de inanición si se les reduce el subsidio y señalando que todos los partidos abusan allegándose ilegalmente recursos prohibidos. Hoy trataré sólo de los tres primeros puntos.
Hernán Gómez Bruera presentó en Twitter/X un clip editando partes del debate en el que se ejemplifica bien el tono de la entrevista. (Liga 3.) En mi opinión, el problema del entrevistador es su peligrosa autosuficiencia. Hernán asume que los términos en que hace sus preguntas son los únicos posibles. No cae en cuenta que pregunta sesgadamente. Pablo también tiene su propio problema: le falta paciencia para enseñar. Y aunque Pablo llevaba razón, el problema es que el titular de la Comisión Presidencial debe educar a la Opinión Pública y no sólo derrotar a su adversario. Se necesita más pedagogía y menos retórica parlamentaria.
Me explico.
En el debate Gómez vs Gómez, faltó explicar el tremendo cambio en la realidad político-electoral de nuestra República. En 1997 iniciamos una etapa de gobiernos divididos en los que el partido que ganaba la Presidencia no tenía mayoría en las cámaras federales y enfrentaba una colección cada vez más plural de gobernadores opositores en los estados. Así vivimos dos décadas. De hecho, si somos más exigentes con nuestro recuento histórico, la etapa de gobiernos divididos empezó poco más de diez años antes, en 1985-1986-1989, cuando el PAN y la izquierda empezaron a confrontar exitosamente al PRI en las elecciones de Chihuahua, Sinaloa y Michoacán. El recurso al fraude electoral y las “concerta-cesiones” PRIANistas impidieron que se formalizaran desde entonces gobiernos divididos. (Pero recuerda, lectora, que el centro del fraude en la elección presidencial de 1988 fue asegurar que el PRI tuviese la mitad más uno de los diputados federales, porque en ese tiempo la cámara baja calificaba la elección de Presidente.)
A esto se refiere Pablo Gómez Álvarez cuando dijo, en La Moreniza que “No se puede considerar que un país ha tenido una regresión por el hecho que se produjo una fuerza política mayoritaria en un país. Pues son cosas que se producen, un país lo hace, no es ni bueno ni malo, es lo que es” (Liga 1, min. 09:09). Al día siguiente, Gómez Álvarez se lo dijo varias veces a Gómez Bruera:
“En los últimos años México ha cambiado mucho. Este… durante muchos sexenios no hubo una fuerza política mayoritaria. Nadie podía lograr eso hasta el año ‘18” (Liga 2, min. 37:29).
“En México hay una fuerza política mayoritaria. Esa fuerza política mayoritaria … tiene que actuar de conformidad con una cosa que se llama principio de la mayoría” (Liga 2, min. 44:22).
“Los medios de comunicación en los que tú [Hernán] estás deberían entender que este país ya cambió. Si un país cambia, si hay una mayoría, una corriente popular mayoritaria, tienen que cambiar las leyes. Para eso se vota. A ver: No se vota para cambiar de personas, se vota fundamentalmente para cambiar las normas” (Liga 2, min. 55:59).
“Los medios no están en la realidad. No hablan de ella. La eluden porque no reconocen que hay una fuerza política mayoritaria y un principio de la mayoría” (Liga 2, min. 57:02).
La fuerza mayoritaria tiene –desde 2018 y hasta este momento– la posibilidad de proponer cualquier tipo de reforma en materia electoral. Lo hizo en 2022 –desde la Presidencia– proponiendo un cambio radical en el sistema de representación política: Abandonar el sistema mixto con dominante mayoritaria es decir, 300 diputados uninominales (mayoría relativa, MR) más 200 diputados plurinominales (de representación proporcional por listas en cinco regiones, RP). Y proponía ADOPTAR un sistema de representación proporcional PURA con 300 diputados electos en 32 listas regionales –una por cada estado de la República. Este fue el “Plan A”. La oposición ni siquiera quiso discutirlo en San Lázaro. Uno de sus voceros en los medios hegemónicos, Leo Zuckermann, señaló entonces que, con el sistema nuevo, en la elección intermedia de 2021 los opositores habrían obtenido más curules… Pero Dios hace ciegos a los soberbios.
En 2023, la fuerza mayoritaria presentó –desde la Presidencia– una iniciativa de reformas legales para avanzar en los aspectos presupuestales del “Plan A”: reducir la burocracia dorada y elefantiásica del INE. Este fue el “Plan B”. La oposición, que tenía al menos la tercera parte de las dos cámaras federales, impugnó esa reforma legal ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que –obsequiosa e imprudente en la praxis política– anuló el “Plan B”.
En 2024, la fuerza mayoritaria –desde la Presidencia– propuso un “Plan C” mucho más rudo y cruel contra la oposición: eliminar el sistema mixto dejando sólo su componente mayoritario: 300 diputados electos por principio de mayoría relativa. Esta propuesta, por cierto, sí era una verdadera regresión. Habría colocado al sistema electoral en 1946 –en los tiempos de Miguel Alemán Valdez. Esta iniciativa presidencial NO fue retomada por la nueva Legislatura –PESE a que la fuerza mayoritaria no sólo se mantuvo, sino que aumentó sus curules en San Lázaro y sus escaños en el Senado.
La explicación superficial del abandono del “Plan C” es que regresar a un sistema de sólo mayoría relativa en 300 distritos destruiría a los dos partidos menores de la coalición obradorista. Pero hay algo más, y Pablo Gómez Álvarez no se ha cansado de repetirlo en todas partes: México necesita un nuevo modelo de representación política que abandone el ESPURIO sistema mixto con dominante mayoritaria que nos heredó Jesús Reyes Heroles –quien, por cierto, no era ningún santo: Recordemos que la Reforma Política de 1977-1978 se hizo para despresurizar socialmente a un país que trataba de salir del horror de la Guerra Sucia. NO se concibió para hacer una “Transición a la Democracia”. Entre 1991 y 1994, cuando yo planteaba a mis profesores de Ciencia Política en la Universidad de Georgetown el caso mexicano, siempre me decían que nuestro país seguía siendo un régimen autoritario en el que las propuestas de los transitólogos no funcionaban.
En 2025, la fuerza mayoritaria NO está presentando una iniciativa presidencial, sino que forma una Comisión Presidencial cuyo primer objeto es “convocar al pueblo a expresarse sobre la reforma electoral conveniente para México y realizar estudios sobre este mismo tema” (Artículo Primero de su decreto de creación, fracción I). ¿Qué significa convocar al pueblo? Lo aclara el tercer párrafo del Artículo Tercero del mismo decreto: “La Comisión podrá invitar a representantes de dependencias, entidades, instituciones públicas o privadas de los tres órdenes de gobierno, organismos autónomos, academia y sociedad civil”.
En este punto, Hernán Gómez Bruera planteó sus preguntas erróneamente. El espacio de diálogo social y ciudadano NO está en la conformación de la comisión presidencial. Esta nace del carácter mayoritario del actual Gobierno de la República y por eso sólo sus miembros tienen voto. Como Hernán mismo lo explicó en la entrevista, el problema es que por al menos dos décadas las reformas electorales se hacían en una mesa donde estaban todos los partidos. Para él, eso es “lo normal”. Pero esa normalidad nacía de la realidad democrática de gobiernos divididos y fragmentación federalista-partidista. Como no había mayoría, todos los partidos tenían voto en la conformación de las reformas. Por eso Pablo Gómez Álvarez le aclaró al periodista varias veces que la realidad había cambiado. Hernán no podía entender a Pablo porque no ha asumido conscientemente el impacto de la nueva realidad electoral en la correlación de fuerzas políticas.
¿Significa eso que Morena presentará por sí misma la propuesta de reforma electoral? NO. Aunque yo habría preferido que se volviese a presentar la iniciativa del “Plan A” (representación proporcional pura con 32 listas), la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo prefiere NO TENER PROPUESTA y ordenar una consulta amplia al Pueblo para formar una. A los leones prianistas que creen que “todos son de su condición” esto les parece extraño y por eso se imaginan engaños y trampas.
Por eso, al final de la entrevista, cuando ya se estaba despidiendo Hernán, Pablo regresó a hablar de Giovanni Sartori –uno de los santones de la Ciencia Política noratlántica que todos los politólogos mexicanos hemos estudiado. Y duro, pero pedagógico, Pablo le explicó a Hernán que el nivel de análisis de Sartori es el de un “ingeniero” capaz de diseñar arreglos partidistas elegantes, pero que no es muy bueno para explicar las transformaciones mayores en la correlación de fuerzas. En EU, este último tipo de problemas los ha estudiado la corriente de Political Theory –que institucionalistas como Sartori llevan años ninguneando. Ojalá y Hernán escuche de nuevo a Pablo. A mí me parece que el gobierno mayoritario está convocando a una consulta seria porque lo que necesita es un nuevo régimen electoral que permita DOS cosas: (1) la reproducción estable de un gobierno republicano y (2) la consolidación de una democracia plebeya, sin élites. No se trata de “filosofía” ni de “buenas intenciones”. Como producto de un movimiento popular de base, a Morena le convienen ambas cosas.
Dicho lo anterior se entiende por qué Pablo Gómez Álvarez llama a la oposición a presentar propuestas (progresiones) y no ver fantasmones que NO están allí. Pablo no ha propuesto JAMÁS eliminar el principio proporcional. Por eso es FALSA y ENGAÑOSA la ironía de Pérez Ricart en Reforma pidiéndole al viejo comunista que no sea sepulturero de lo que antes apoyaba. En el “Plan A” de 2022 –que Pablo redactó y defendió con detalle en los medios hegemónicos– lo que se quería eliminar eran “los plurinominales” pero esto se lograba porque se eliminaban TAMBIÉN “los uninominales”. Toda la comentocracia se ha olvidado, tontamente, de ese detalle esencial.
Por eso Pablo denuncia tan molesto la ignorancia generalizada de la historia política del México contemporáneo. Pero más que enojarse, lo que necesitamos es que Pablo (y otros) nos aclaren las cosas.
Otra vez, se me quedan muchas cosas en el tintero. Ya nos volveremos a ver es este u otro espacio, querida lectora. Analiza las ligas que hoy te recomiendo y participemos todas y todos en el análisis que está convocando la Comisión Presidencial.
Ligas usadas en este texto:
Liga 1:
https://www.youtube.com/watch?v=YRiK52ugwms&list=PLE6ZwKHxLqGaQCb0GmI5U0LpTeTyOonWh
Liga 2:
https://www.youtube.com/watch?v=vRXHBWNcS14
Liga 3:
https://x.com/HernanGomezB/status/1954017143965593749





