• Grupo México: ¿remediación? 
  • Germán Larrea, tan campante

Carlos Fernández-Vega

A lo largo de casi 19 años, el tóxico Germán Larrea no sólo se negó sistemáticamente a cumplir con las demandas del Sindicato Nacional de Mineros (respeto al contrato colectivo y mejores condiciones de seguridad e higiene para los trabajadores), lo que motivó la declaración de tres huelgas simultáneas (30 de julio de 2007) en igual número de minas concesionadas a Grupo México, sino que ha evadido su responsabilidad (protegido por el gobierno de Enrique Peña Nieto) en lo que fue calificado “el mayor desastre ambiental de la historia de la minería en México” y hasta hoy se ha mantenido tan campante.

En el caso de las huelgas mineras, y sólo tras la intervención gubernamental, los trabajadores de Cananea (la empresa se llama Buenavista del Cobre, una paraestatal que, con otro nombre, privatizó Carlos Salinas de Gortari) comienzan a ser resarcidos de la salvaje política laboral de Grupo México. Pendiente está la solución de los otros dos movimientos (Sombrerete, Zacatecas, y Taxco, Guerrero) y es previsible que la compensación sea en el mismo tenor que en el caso de los trabajadores sonorenses.

Por lo que toca al desastre ecológico en dicho estado de la República, no hay que olvidar que 11 años atrás Grupo México –propiedad del tóxico barón– derramó (6 de agosto de 2014) 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico en los ríos Sonora y Bacanuchi, contaminando 270 kilómetros de territorio y afectando a ocho municipios con alrededor de 25 mil pobladores. El corporativo quiso ocultarlo, pero fue de tal magnitud que resultó imposible. De cualquier suerte, intentó disfrazar este acto de barbarie como “un accidente”, cuando a todas luces se trató de una de las tantas negligencias de esa empresa, dedicada a esparcir veneno por toda la República.

A raíz de ese desastre, Larrea y Peña Nieto fingieron que “remediarían” el ecocidio mediante la creación del Fideicomiso Río Sonora, con un fondo, según prometieron, de 2 mil millones de pesos que aportaría el tóxico barón. En los hechos, si bien va, se ejerció sólo la mitad de esa cantidad, la cual, en su mayor parte, se destinó a propaganda para lavar la imagen (algo por demás imposible) del tóxico barón. Así, como en tantas otras ocasiones, fue una tomadura de pelo y, a estas alturas, Grupo México nada “remedió”. A la fecha (11 años después del derrame), la zona afectada se mantiene con altos índices de contaminación en agua, aire y suelos, mientras las personas que viven en la zona presentan distintas enfermedades derivadas del “accidente”.

En octubre de 2023, en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), entonces a cargo de María Luisa Albores, informó que el gobierno federal denunció penalmente a Grupo México por incumplimiento en la “remediación ambiental”, pero es la fecha (gracias a Alejandro Gertz Manero) que nadie sabe, nadie supo, qué fue de ella, con todo y que ha sido constante la denuncia de los afectados.

Como se ha comentado en este espacio, resulta siniestra la historia de Germán Larrea (el mismo barón de Pasta de Conchos, con 65 mineros muertos por no gastar en medidas de seguridad para los trabajadores), aderezada con la impunidad garantizada por el régimen prianista, incluido, obvio es, el Poder Judicial.

Lo anterior viene a colación porque la presidenta Claudia Sheinbaum dio a conocer que hoy estará en Sonora, y ahí “se va a informar sobre todas las obras de resarcimiento por la contaminación del río Sonora, después de que Grupo México no quería acabar de hacer todas las obras que eran necesarias. Se va a anunciar que se cumplen prácticamente todas las demandas que ha solicitado la comunidad para el resarcimiento de la contaminación del río Sonora. Esto es muy importante”.

Así, detalló la mandataria, “se van a hacer las clínicas, la medición permanente de la calidad del agua del río Sonora, la restitución y la remediación de suelos, en fin, son una serie de acciones que finalmente se atienden, de un trabajo permanente que se hizo y que el Grupo México, al final, decidió cumplir con todo ello”.

Las rebanadas del pastel

Para la memoria: el 1º de diciembre de 2016, la Semarnat (entonces a cargo de Rafael Pacchiano Alamán) “dio por cumplidos los objetivos de los programas de remediación” de Grupo México, porque “los niveles de contaminación son aceptables”; el 31 de enero de 2017, el delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en Sonora, Jorge Carlos Flores Monge, “determinó que los objetivos del Fideicomiso Río Sonora se alcanzaron”, por lo que, el 2 de febrero, lo “extinguieron”. Y el barón, impune.

Twitter: @cafevega

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