Nielsen insiste en una crisis humanitaria en la frontera con México

David Brooks, corresponsal 

Nueva York. La secretaria de Seguridad Interna Kirstjen Nielsen, insistió en que existe una “crisis” humanitaria y de seguridad nacional en la frontera al justificar la declaración de una “emergencia nacional” y las políticas antimigrantes de su jefe Donald Trump, e informó que está trabajando de manera conjunta con sus contrapartes mexicanas para hacer de México una sala de espera para solicitantes de asilo.

“Esta no es una crisis fabricada. Esto es verdaderamente una emergencia” en la frontera, afirmó Nielsen ante el Comité sobre Seguridad Interna de la Cámara de Representantes, insistiendo en que hay una ola de inmigración ilegal, crimen y narcotráfico abrumando la frontera y amenazando a este país junto con una “catástrofe humanitaria”.

Pero enfrentando por primera vez a una Cámara de Representantes bajo control de los demócratas, Nielsen fue cuestionada una y otra vez sobre la política de “cero tolerancia” que llevó a la separación de por lo menos 3 mil niños -hoy día aún no hay un conteo oficial preciso- como el trato a solicitantes de asilo.

“Ningún monto de gimnasia verbal cambiará que ella sabía que el gobierno de Trump estaba implementando una política para separar familias en la frontera. Aún peor, el gobierno estropeó la implementación de su plan cruel, perdió la ubicación de niños y hasta deportó a padres a Centroamérica sin sus hijos”, afirmó el presidente del comité Bennie Thompson al iniciar la audiencia donde invitó a Nielsen a reconocer su responsabilidad y las consecuencias de estas políticas. La secretaria no aceptó.

Nielsen insistió en que “la inmigración ilegal y descontrolada… representa un riesgo serio y creciente a la seguridad pública, la seguridad nacional y el imperio de ley”.

Coordinación con México

Informó que tiene contacto casi semanal con sus contrapartes en México y los países centroamericanos, y que el impulso de nuevos protocolos bajo la ley estadunidense ahora “nos permite retornar a migrantes a México para esperar la conclusión de sus procesos migratorios asegurando que reciban todas las protecciones humanitarias”.

Preguntada por un legislador republicano por qué no se está enviando a todo solicitante de asilo que llega a Estados Unidos a México, Nielsen explicó: “estamos ampliando ese programa a través de la frontera. Trabajamos y notificamos a los mexicanos al hacerlo. Usted ha visto declaraciones de su [la de México] secretaría, su equivalente al secretario Pompeo y mi equivalente, de que están determinados a proteger los derechos humanitarios. Entonces lo hacemos en conjunto con ellos al ampliar el programa. Lo hacemos de una manera muy sistemática. Pero el objetivo es ampliarlo a través de la frontera”.

Separaciones y jaulas

Interrogada por demócratas sobre los padres deportados sin sus hijos -unos 29 de un total indeterminado están en estos momentos intentando recuperar a hijos que dejaron de manera involuntaria cuando fueron deportados-, Nielsen aseguró que “no ha habido ningún padre que haya sido deportado, hasta donde tengo conocimiento, sin múltiples oportunidades para llevarse a sus hijos consigo”.

Preguntada por la representante demócrata (y enfermera) Lauren Underwood si sabía de investigaciones sobre el trauma de corto y largo plazo de los niños al ser separados de sus padres y si sabía que los efectos nocivos de estos traumas son acumulativos y que no se desvanecen aun cuando el niños es reunido con su familia, Nielsen se mostró incómoda y titubeó, para acabar diciendo que no. Un poco harta, Underwood declaró que “arrancando a niños de sus padres como esto es inmoral… es no americano… es simplemente malo”.

La representante demócrata Nanette Barragán criticó a la secretaria por impulsar la política supuestamente suspendida de separación de familias, y la acusó después de un intercambio: “usted no tiene ningún sentimiento, ninguna compasión, ninguna empatía aquí”.

Nielsen rechazó que su gobierno coloque a menores de edad en “jaulas”, insistiendo en que eran instalaciones para “proteger” a jóvenes mientras eran procesados. Pero Thompson, el presidente del comité, le señaló: “yo vi las rejas que fueron hechas como jaulas y usted también….si es mala política, cámbiela. Pero no engañe a este comité”.

Múltiples organizaciones de defensa de inmigrante y de derechos civiles disputaron las declaraciones de Nielsen y condenaron las políticas. America’s Voice acusó que Nielsen y su jefe están “manufacturando histeria fronteriza” para promover sus políticas antimigrantes y construir el muro. La coalición de Families Belong Together (cuyos integrantes dieron la espalda a Nielsen y después se pararon en protesta en la audiencia) y otras afirmaron que “no descansarán” hasta lograr reunir a todas las familias con sus hijos.

Aunque es cierto que hay un incremento en migración indocumentada, los propios datos oficiales demuestran que siguen a niveles históricamente bajos. Según cifras de la agencia federal de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en 2017 se capturó a un total de 304 mil inmigrantes indocumentados en la frontera suroeste, el nivel más bajo en 40 años; en 2018 hubo un incremento relativamente moderado a un total de 397 mil y en los primeros cinco meses de este año fiscal el total estaba por 268 mil.

Recién el gobierno reportó que hubo un dramático incremento sólo el mes pasado, con unos 76 mil inmigrantes indocumentados capturados en la frontera suroeste, un incremento del 3 por ciento sobre enero, lo cual nutre la narrativa de Nielsen y su jefe.

Sin embargo no han logrado convencer de la existencia de su “crisis”: la cámara baja ya ha aprobado una resolución para anular la declaración de emergencia en la frontera hecha por Trump y el Senado, a pesar de estar aún controlado por los republicanos, hará lo mismo próximamente, reprobando así el argumento de la Casa Blanca y la secretaria Nielsen de que existe una “crisis” en la frontera.