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Ericka Montaño Garfias
Ciudad de México. En 1985 un grupo de mujeres salió a la calle de Regina, en el Centro Histórico y ahí, entre los escombros del sismo del 19 de septiembre, comenzaron a bordar. “Fue como un statemen, un decreto, de decir vamos a seguir bordando para nuestras casas nuestras servilletas, nuestros manteles” como una señal de que las cosas iban a mejorar tras el sismo de ese año.
La bordadora Gimena Romero replica ahora esa iniciativa en la plaza de la iglesia de Santa Catarina, que funcionará tanto como taller de bordado, como centro de acopio para los damnificados del sismo del martes pasado.
En este lugar, ubicado frente al centro cultural Jesús Reyes Heroles, se reciben alimentos para humano y mascotas, artículos de higiene, y también telas, agujas, hilos, bastidores (aros) que serán llevados a los albergues donde viven aquellos cuyos hogares quedaron dañados o destruidos por el terremoto.
“Creo que es justo ponerse la bandera, la playera, las agujas y salir a la calle y apoyar con lo que podamos hacer y con lo que sepamos hacer. Estamos tan ansiosos por ayudar que a veces siento que nos estamos atropellando y estorbándonos unos a otros, así que por qué no ayudamos con lo que sabemos hacer”, señala Gimena Romero, quien acudirá a los albergues acompañada de Elidé Rangel, para acercar esta técnica a quien lo desee.
Además el bordado puede servir como terapia. “Hay quienes tienen mucho miedo aún e invitarlos a bordar es hacer un ejercicio de paz, de tranquilidad y una forma de restablecer nuestro corazón y nuestra mente”. La idea, añade, “es que hagamos comunidad y que no se queden en sus casas o albergues”.
Brigadas bordadoras, que es el nombre de la iniciativa, estará este jueves y viernes de las 10 a las 16 horas y a este taller callejero pueden asistir tanto quienes sepan bordar como aquellos que quieran iniciarse.
