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Concluye temporada de ‘La última sesión de Freud’

Luis de Tavira y Alvaro Guerrero, durante la última función de la obra de teatro, en la que fue develada una placa conmemorativa. Foto Cristina Rodríguez

Carlos Paul

Ciudad de México. Luego de ocho semanas de funciones los fines de semana, este domingo concluyó la temporada de la obra La última sesión de Freud, escrita por el dramaturgo Mark St. Germain, que contó con las actuaciones de Luis de Tavira y Álvaro Guerrero, en el teatro López Tarso, del Centro Cultural San Ángel; función en la que la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, Lidia Camacho y la directora de Canal Once, Jimena Saldaña Gutiérrez develaron una placa conmemorativa.

Con traducción y dirección de José Caballero, quien recientemente recibió la Medalla Bellas Artes, escenografía e iluminación de Alejandro Luna, la obra trata sobre una charla-debate imaginaria entre el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, y el famoso escritor y filósofo Clive Staples Lewis, sobre la existencia de dios.

Luego de un accidente, Lewis quien se asumía como ateo, comienza a creer en dios, razón por la cual Freud lo invita a conversar, pues no logra entender cómo alguien con su capacidad intelectual de pronto está convencido de la existencia de un ser supremo y divino.

El encuentro de ambos, salpicado constantemente de sarcasmos e ironías, es un debate que no se propone ser estrictamente filosófico o teológico, sino más bien “profundamente humano”, en un momento de crisis, toda vez que el dialogo se da cuando Freud  tiene 83 años, con cáncer bucal y se encuentra exiliado en Londres y cuando ambos personajes se enteran por la radio del inicio de la Segunda Guerra Mundial.

El intercambio de ideas, en el que por momentos uno analiza sicológicamente al otro, los lleva a cuestionar, entre otros temas, su relación con sus padres, sus vínculos amorosos y familiares, el suicidio, los mitos religiosos, la guerra, el sexo y la sexualidad, y por supuesto sobre aquellas personas que creen en dios, lo que Freud denomina como “una patética neurosis obsesiva”.

Con esta obra, auspiciada por Ortiz de Pinedo Producciones,  el maestro Luis de Tavira, luego de casi 50 años como director escénico, se presentó en el escenario como actor.

Luego de los agradecimientos a todo el personal creativo y técnico, Lidia Camacho, titular del INBA y Jimena Saldaña Gutiérrez,  directora de Canal Once, develaron una placa conmemorativa por el fin de temporada.