Mónica Mateos-Vega
Ciudad de México. Los danzantes de bailes prehispánicos que trabajan en el Centro Histórico de la Ciudad de México acudieron de manera espontánea a despedir a quien, dijeron: “será siempre el gran maestro, guardián de nuestras raíces”, al referirse a Miguel León-Portilla.
También realizaron una guardia de honor, después, en la explanada del Palacio de Bellas Artes, realizaron rituales “para acompañar el alma de León Portilla al Mitlán, cómo él se lo merece”.
La banda de música de Texcoco continuó la despedida con piezas como Dios nunca muere.