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Ubica periodista a Galeano “en diálogo con la historia”

Ubica periodista a Galeano

Galeano: apuntes para una biografía es el primer libro que habla sobre el personaje y no sobre su obra exclusivamente y trata de entender cómo este periodista vivió y transitó la historia latinoamericana y universal, explica Fabián Kovacic. En la imagen, Eduardo Galeano (1940-2015), durante una entrevista con La Jornada en 2012. Foto Yazmín Ortega Cortés

Ericka Montaño Garfias

La vida de Eduardo Galeano (Montevideo, 1940-2015) no se puede contar sin hacer una revisión de la historia de América Latina.

Así, el periodista argentino Fabián Kovacic une en Galeano: apuntes para una biografía esa historia de la región con el ir y venir del oficio periodístico y literario de Galeano, fallecido el pasado 13 de abril en la capital uruguaya.

Kovacic, quien trabajó en este libro 14 meses, no tuvo la autorización del autor de Las venas abiertas de América Latina para este proyecto (publicado por Ediciones B a finales de abril en Argentina).

Esa no autorización se extendió a los familiares y cercanos a Galeano. “No puedo precisar por qué no quiso dar la entrevista. Lo que te puedo decir es que las anteriores entrevistas que tuvimos años atrás, donde hablamos de sus días juveniles, de su pasión por la política, sus días de exilio, su trabajo en la revista Crisis, lo hizo con absoluta apertura, con mucha cordialidad; pero cuando en octubre de 2013 me propusieron en Ediciones B hacer la biografía, cuando apareció la palabra biografía, fue cuando él decidió que no tenía intenciones de hablar”.

Exilio en Buenos Aires

Hace poco, en la feria del libro de la ciudad de La Plata, alguien le dio lo que podría ser la causa: “Hablando con alguna gente que lo conoció me comentaba que en los años de vuelta del exilio compartieron algunos tragos y algunas comidas Eduardo Galeano y un gran titiritero argentino que se llamó Javier Villafañe. Alguien propuso hacer la biografía de Villafañe y Galeano dijo: ‘No, porque las biografías no se pueden escribir, si vos escribes una biografía, o te dedicas a escribir una biografía estás coartando la posibilidad de creación de esa persona desde la biografía en adelante, estás decretando su muerte porque estás analizando sus obras anteriores y esa persona tiene mucho por entregar’.

Presumo que algo de eso estaría presente en su negativa a dialogar para esta biografía, que se trasladó a muchos de sus amigos que no quisieron hablar para este libro, aunque con su fallecimiento muchos se han acercado y contado anécdotas.

“Su hija Florencia le dijo a un amigo periodista que ella hubiera querido hablar conmigo, pero que su padre no la dejó, sobre su vida al lado de su padre.

“Te diría que desde que murió Galeano hasta ahora, la gente que no habló se ha acercado y me ha dado más anécdotas. Si alguna editorial o Ediciones B me planteara escribir Galeano de nuevo tengo 30 por ciento más de libro para escribir. Se abrieron las compuertas de manera automática para contar cosas de su vida.”

–Se tiende a pensar que los libros no autorizados son para crear escándalo.

–Sí, claro. Sin embargo, jamás fue mi intención meterme en la vida de privada de Galeano, más allá de mencionar sus tres matrimonios y sus hijos. Cuando se exilió en Buenos Aires corre un viejo mito –que probablemente no sea tan mito– que era un rompecorazones, ya estaba separado de Graciela y llega como un solterón alegre. Todos dicen que era un don Juan con las mujeres, pero no era mi intención contarlo, no era mi interés.

¿Qué tan difícil fue escribir la biografía al no contar con su apoyo o el de la familia y los amigos cercanos?

–Fue complicado, pero desde el desafío periodístico –al tratar de encontrar material para contar una buena historia, documentado– fue un acierto. Si pudiera haber contado con seis u ocho horas de grabación en su casa, contándome su vida, habría salido otro libro. Pero como tuve que salir y consultar fuentes en bibliotecas en Uruguay, mantener correo electrónico con guatemaltecos, mexicanos, españoles, peruanos, venezolanos, chilenos fue otra cuestión.

“Tuve que meterme a Internet a buscar mucho material de escritos de Galeano que no podía rastrear de otra manera, viajar por Argentina y varias ciudades para encontrar la huella de algunos de su amigos perdidos. Fue un desafío como periodista, un desafío lindo, que disfruté y me generó mucho placer este año y medio de trabajo con su obra, releer su obra, volver a ver pasajes de Las venas abiertas de América Latina, que fue el libro que de adolescente me llevó a querer ser periodista. Fue un efecto no deseado no contar con su ayuda y con su familia, pero fue positivo porque me hizo moverme, ponerme en actividad como periodista para recorrer caminos que no había recorrido y que con su testimonio habrían quedado tapados por la palabra del propio Galeano.”

–¿Qué hay en este libro que no haya dicho en entrevistas o en otros libros?

–Creo que el mérito del libro es ser el primero que trata de hacer una cronología de su vida año tras año. Elegí ubicar a Galeano en una historia latinoamericana en un contexto histórico. No había otra forma de hacerlo porque no es un personaje del que uno pueda escribir su biografía sin pensar en el entorno. Él es parte de América Latina, su vida misma era la región y los sucesos del mundo.

“El lector no se va a encontrar probablemente con ninguna novedad sobre su vida privada o sobre algo que no haya contado el propio Galeano, pero se va a encontrar con una mirada contextualizada de la mirada de Galeano y probablemente muchos se van a encontrar con algunas respuestas de por qué fue como fue como periodista, como escritor, cuáles fueron las fuentes en las que abrevó para llegar a ser un escritor tan particular.

“Galeano es el primer libro que habla sobre Galeano y no sobre su obra exclusivamente y trata de entender cómo un personaje, cómo este periodista, vivió y transitó la historia latinoamericana y universal. Es el Galeano en diálogo permanente con la historia, es un personaje que será un clásico en la historia de la literatura y el periodismo latinoamericano. No es un personaje o un autor que está de moda, porque lo clásico se lo da la posibilidad de leerlo en diferentes contextos con un mismo mensaje: el espíritu crítico y la rebeldía frente al poder que uno puede considerar arbitrario.”