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Cancún, Quintana Roo.- El sector restaurantero, sobre todo de Playa del Carmen y Cancún, es blanco de la delincuencia organizada, por lo que algunos empresarios terminan por ceder y dar el llamado derecho de piso, afirmó el presidente estatal de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC), Juan Pablo Aguirre.
El líder restaurantero afirmó muchas de las llamadas de extorsión hacia los socios provienen de internos de cárceles de Tabasco o Veracruz, y aunque ya dieron parte al Ejército, tendrán que insistir en su atención.
Juan Pablo Aguirre comentó que la CANIRAC ya toma medidas de manera interna para atender a los agremiados, por lo que contrataron un asesor de seguridad y mantienen comunicación constante entre ellos.
Explicó que originalmente fue el crimen organizado quien empezó las amenazas en contra de los restauranteros, pero al denunciar ante la autoridad e iniciar las investigaciones, empezaron a salir otros criminales, no vinculados a la delincuencia organizada.
La recomendación de la cámara es no ceder ante los chantajes, a lo cual muchos de los socios se suman, pero hay algunos que prefieren “no jugársela” y terminan por ceder a las presiones.
El empresario indicó que el gremio está formado por restauranteros de corte familiar, y aunque hay algunos negocios que trabajan las 24 horas del día, su giro no es bar.
El entrevistado indicó que la industria restaurantera es una de las mayores generadoras de empleo en el municipio, con 40 mil espacios que ofrecen los dos mil 744 centros de consumo, según datos del INEGI en el 2015.
Además, sostuvo que aunque las ventas han caído hasta en 30 por ciento, la derrama que dejan esas empresas van directamente al municipio.
Aunque el cierre de restaurantes es en ambos municipios, una de las avenidas que más lo resiente es la Yaxchilán, en Cancún, en donde centros de consumo emblemáticos han bajado las cortinas paulatinamente, y la avenida va cambiando su vocación turística con la apertura de nuevos comercios, afirmó la ex presidenta de la CANIRAC, Gabriela Delgado.
