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Israel Rodríguez
Ciudad de México. La firma calificadora internacional Moody’s, advirtió que los ingresos del sector público pueden ser menores después del inesperado bajo crecimiento económico en el primer trimestre de este año y complicará su agenda política, por lo que se requieren recortes adicionales al gasto.
El 30 de abril se reportó que la economía se contrajo inesperadamente en 0.2 por ciento sobre una base trimestral ajustada estacionalmente.
La contracción sigue a dos trimestres consecutivos de desaceleración en el crecimiento (0.61 por ciento y 0.25 por ciento en el tercer y cuarto trimestres de 2018, respectivamente) y pesará en el ingreso del gobierno y complicará su agenda política.
En un reporte difundido esta mañana, Moody’s señaló que el débil crecimiento dio lugar a ingresos por debajo de lo presupuestado en enero y febrero, y en respuesta el gobierno recortó el gasto presupuestado.
En las directrices presupuestarias macroeconómicas actualizadas para 2019 y publicadas a principios de abril, las autoridades indicaron que un menor crecimiento del PIB reduciría los ingresos del sector público en un 0,5 por ciento del PIB y que se necesitarían recortes de gastos de una magnitud similar para compensar el déficit.
Los recortes de gastos han permitido a las autoridades mantener el objetivo de déficit fiscal federal de este año sin cambios en 2.1 por ciento del PIB.
Sin embargo, dado que los riesgos para el desempeño económico de este año se inclinan a la baja, los ingresos del sector público pueden ser menores incluso que las estimaciones revisadas del gobierno, que requieren recortes adicionales de gastos.
En un contexto de desaceleración de la economía, la respuesta política pro cíclica de las autoridades podría exacerbar el crecimiento ya lento, atenuar el sentimiento y la inversión de las empresas y afectar las perspectivas a corto plazo de la economía, según la calificadora.
En ese caso, al gobierno le resultaría más difícil cumplir con los objetivos presupuestarios establecidos, lo que lo haría más desafiante para preservar su compromiso con la responsabilidad fiscal más allá de 2020, ya que busca equilibrar los objetivos de políticas en competencia, incluido el apoyo financiero continuo para Petróleos Mexicanos (Pemex) una mayor cobertura de los programas sociales y un mayor gasto en proyectos de infraestructura, incluidas las nuevas refinerías.
Si bien es manejable en 2019-20, la situación eventualmente generará tensiones entre su compromiso con la responsabilidad fiscal y otros objetivos de política en ausencia de medidas generadoras de ingresos.
El gobierno ha descartado aumentar las tasas de impuestos o crear nuevos impuestos en la primera mitad de sus seis años de mandato
