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EU: a horas del límite, huelga en sector automotriz parece inevitable

Un vehículo ingresa a la planta de ensamblaje Lansing Grand River de General Motor, en Lansing, Michigan, pocos días antes de que los trabajadores automotrices pudieran hacer huelga debido a negociaciones contractuales fallidas. Foto Ap

AFP y Reuters

Detroit, EU. La cuenta regresiva está llegando a su fin: a menos que se llegue a un acuerdo de última hora, el poderoso sindicato United Auto Workers (Trabajadores del Automóvil Unidos) UAW se prepara para anunciar el jueves por la noche una huelga en los tres principales fabricantes de automóviles estadunidenses, lo que podría desestabilizar el sector y hasta la economía nacional.

En dos meses de negociaciones, los representantes del UAW y los líderes de los “Tres Grandes” –General Motors, Ford y Stellantis, que controla Chrysler–, no lograron ponerse de acuerdo sobre el contenido de un nuevo convenio colectivo de cuatro años.

“Les hemos dicho a las empresas desde el principio que el 14 de septiembre (a medianoche) es una fecha límite” dijo el miércoles Shawn Fain, presidente de la UAW.

“No permitiremos que los Tres Grandes sigan prolongando las discusiones durante meses”, insistió.

Un portavoz de General Motors dijo que por la mañana se había enviado una nueva oferta al UAW.

“Seguimos participando en negociaciones directas y de buena fe”, aseguró. “Cualquier interrupción tendría consecuencias negativas para nuestros empleados y clientes”.

Por su parte, Ford destacó la falta de respuesta del sindicato a su última propuesta. “Queremos negociar pero todavía no hemos recibido una contraoferta”, señaló un portavoz.

Contactado por la Afp, Stellantis no respondió de inmediato.

El miércoles por la noche, la empresa dijo que quería “discutir de buena fe para llegar a un proyecto de acuerdo” antes de que expiren los convenios actuales.

El UAW exige un aumento salarial de 36 por ciento en cuatro años, mientras que los tres fabricantes ofrecen el 20 por ciento, según el líder sindical.

Los históricos gigantes de Detroit también se negaron a conceder días adicionales de vacaciones y a aumentar las pensiones, proporcionadas por fondos específicos de cada empresa.

Las huelgas coordinadas representarían posiblemente la acción laboral más ambiciosa de Estados Unidos en décadas y podrían afectar al crecimiento económico del país, dependiendo de su duración.

Las conversaciones se han trasladado a la oficina de UAW en el centro de Detroit, donde las negociaciones continuaban el jueves, a poco más de 12 horas de que finalice el plazo, dijeron fuentes.

A menos que se alcance un acuerdo in extremis, el sindicato planea anunciar el jueves a las 22:00 de Nueva York (20:00 del centro de México) qué sitios se verán afectados por los paros laborales.

Según el canal de televisión CNBC, ocho plantas en Michigan y en los estados vecinos de Ohio e Indiana podrían verse afectadas, involucrando a entre 7 mil y 12 mil empleados.

El sindicato representa a unos 146 mil trabajadores de los tres fabricantes de vehículos en Estados Unidos.

Un riesgo para Biden

Para Fain, el movimiento es un punto de inflexión que compara con los años 1930, en particular con la huelga de 1936-1937 en General Motors en Flint (Michigan), verdadero nacimiento del UAW, creado en 1935.

La consultora Anderson Economic Group (AEG) estima que una huelga de diez días podría representar más de 5 mil millones de dólares en ingresos perdidos para la economía estadunidense.

Un conflicto social prolongado podría tener consecuencias políticas para el presidente estadunidense Joe Biden, cuyo historial económico es criticado, en particular por la persistente inflación en el país.

A poco más de un año de las elecciones presidenciales, el mandatario camina sobre terreno espinoso, entre su declarado apoyo a los sindicatos y el fantasma de un golpe a la economía estadunidense mediante una huelga.

El Washington Post informó el jueves que funcionarios del gobierno del presidente Joe Biden están preparando medidas económicas para proteger a los proveedores de automóviles que podrían verse afectados, incluso con préstamos. La Casa Blanca no quiso hacer comentarios sobre el reporte.

“Los consumidores y comerciantes están, en general, relativamente protegidos de los efectos de una huelga breve”, explicó el vicepresidente de AEG, Tyler Theile.

Pero con inventarios que representan una quinta parte de los que tenía la industria en 2019, durante la última huelga de GM, “podrían verse afectados mucho más rápidamente” que hace cuatro años, afirmó.

Los analistas de JPMorgan creen que un fuerte aumento de los salarios tendría un impacto en los precios de venta de los vehículos, empujando a los conductores a “conservar su coche por más tiempo” en lugar de comprar un modelo nuevo.