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México, de las mayores brechas de empleo por género en OCDE

Una policía en operativo de vigilancia en el Metro de la Ciudad de México. Foto Alfredo Domínguez / Archivo

Roberto González Amador

Ciudad de México. México tiene la tercera tasa más baja de empleo femenino entre los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), una brecha con consecuencias negativas para el crecimiento de la economía.

Solo 45 de cada 100 mujeres mexicanas en edad de trabajar están empleadas. Es la tercera tasa de empleo femenino más baja de la OCDE, después de Turquía (28.7 de cada 100) y Grecia (41.7), y muy por debajo del promedio de la OCDE, que es de 60 por cada 100, estableció el informe “la Lucha por la Equidad de Género: Una Batalla Cuesta Arriba”, publicado este miércoles por el organismo.

Los hombres mexicanos, por el contrario, tienen tasas de empleo relativamente altas (78.5 de cada 100 están empleados), lo que da lugar a una de las mayores brechas de género en el empleo en la OCDE.

“Las brechas de género tienden a aumentar durante los años de formación de la familia, ya que la maternidad tiene efectos negativos sobre la participación de la mujer en la fuerza de trabajo, su remuneración y su progresión profesional. Esto ocurre sobre todo cuando la oferta de servicios públicos de calidad para el cuidado infantil no cubre la demanda, como es el caso en México”, añadió el informe.

En los últimos años, México ha llevado a cabo políticas importantes para empoderar a las mujeres. Sin embargo, al país le falta un largo camino por recorrer para llegar a la igualdad de género, abundó.

Aunque entre los jóvenes mexicanos el nivel de educación de las mujeres es ahora similar al de los hombres, México sigue teniendo una de las mayores brechas de empleo por género en la OCDE, con consecuencias negativas para el crecimiento económico. Entre las mujeres que trabajan, muchas tienen trabajos informales con poca protección social, alta inseguridad y bajos salarios, detalló.

“Muchos factores generan estas desigualdades. Los estereotipos aún limitan las opciones de mujeres y niñas, y las mexicanas se ocupan, sin remuneración alguna, de más de tres cuartas partes de todos los quehaceres domésticos y del cuidado de los niños”.

Las horas dedicadas al trabajo no remunerado restringen el tiempo que podrían destinar al trabajo remunerado. La cultura de largas jornadas laborales dificulta que madres y padres concilien el trabajo remunerado con la vida familiar. Las mujeres siguen sufriendo elevadas tasas de violencia en el hogar y en el espacio público, y el acceso a la justicia continúa siendo desigual, apuntó.

El organismo considera que México está dando varios pasos en la dirección correcta y, según el informe, una muestra es el alto número de mujeres en el Congreso, en parte debido al sistema de cuotas en el proceso electoral.

“México también ha logrado grandes avances en programas educativos: la matrícula preescolar es gratuita y casi se ha conseguido que sea universal, las becas facilitan que más chicas adolescentes permanezcan en la enseñanza media superior, y las tasas de inscripción en la universidad son ahora similares entre hombres y mujeres. La inversión en estancias infantiles ha ayudado a ofrecer a las mujeres que trabajan fuera de casa opciones para el cuidado de sus hijos. Y la Secretaría de Educación Pública está dando prioridad a que más niñas y mujeres jóvenes estudien ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), como lo demuestra la iniciativa NiñaSTEM Pueden, recientemente lanzada con el apoyo de la OCDE”.