Trabajadores indonesios ruedan cigarrillos de clavo en una fábrica que pertenece a PT Hanjaya Mandala Sampoerna Tbk. Foto Afp
Ciudad de México. La revolución robótica o cuarta revolución industrial pone en riesgo, en promedio, a un 9 por ciento de los empleos que existen actualmente en los países asociados a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), puesto que al ser esencialmente manuales y repetitivos “son potencialmente automatizables”.
La tasa de riesgo llega hasta 12 por ciento en Austria, Alemania y España y contrasta con el 6 por ciento calculado para Corea del Sur, mientras que en Estados Unidos se ubica en 9 por ciento.
Así lo advierte el organismo multilateral en un estudio reciente sobre el riesgo de la automatización entre sus países miembros y con el que se pretende refutar que la automatización vaya a generar cifras más elevadas de desempleo, además de insistir que se trata de un proceso lento y a largo plazo.
No obstante, reconoce que los más afectados por la automatización serán los trabajadores de bajo nivel educativo al no poder soportar el peso de los ajustes y cambios tecnológicos, así como los nuevos requisitos de formación profesional que implica.
Pero la OCDE hace hincapié en que los países deben centrarse más en atender las desigualdades y nuevos requisitos que surjan con el cambio tecnológico en lugar de temer la amenaza general de desempleo que el progreso pueda causar.
“En los últimos años una serie de estudios ha reavivado la preocupación de que el cambio tecnológico podría causar desempleo generalizado. Especialmente Carl Frey y Michael Osborne (investigadores de la Universidad de Oxford, en un artículo que publicaron en 2013) provocaron un debate público alegando que el 47 por ciento de los empleos en Estados Unidos están en riesgo de ser automatizados”, refiere la investigación.
Así que “para contribuir al debate”, tres especialistas en economía laboral de la OCDE hicieron su propio análisis sobre las implicaciones que la automatización del trabajo provocará. “Nuestros datos sugieren que 9 por ciento de los puestos de trabajo de la OCDE son potencialmente automatizables… La amenaza de los avances tecnológicos es, pues, mucho menos pronunciada en comparación con el enfoque de Frey y Osborne”, sentencia el documento.
Si bien aclara que hay heterogeneidades entre los asociados de la OCDE por las diferencias en la organización, automatización y el uso de tecnologías en el trabajo, pero también por el nivel de educación de los trabajadores, explica que en muchos estudios se ha considerado muchas ocupaciones como vulnerables a la automatización aunque no lo sean tanto, debido a que a menudo los trabajadores realizan una parte importante de tareas no rutinarias e incluso complementarias a las nuevas tecnologías. Además, indica, éstas también generan nuevos puestos de trabajo y un efecto positivo en los ingresos de los empleados.
México y otras 12 naciones, excluidas del análisis
El análisis de la OCDE fue calculado a partir de la automatización que se registra en 21 de las 34 naciones que conforman el organismo, pero fueron excluidos del análisis México, Chile, Portugal y Turquía, entre otras naciones.
En contraste, la investigación profundiza en la situación de algunos países, como Austria y Alemania, cuyo porcentaje de empleos en riesgo por la automatización representa el 12 por ciento del total. Con un porcentaje similar, sí ubica a España, el tercer país de la OCDE que resultará más afectado por la revolución robótica, lo que le valió la portada de este domingo en el diario El País.
En el otro extremo se encuentra Corea del Sur, donde la proporción de empleos automatizables es de apenas 6 por ciento, es decir la mitad de la tasa calculada para Austria, Alemania o España. Estados Unidos comparte el promedio de 9 por ciento de trabajos en riesgo y en total suman 10 de las 21 naciones que se ubican por debajo de esa cifra (Francia, Dinamarca, Irlanda, Suecia, Polonia, Japón, Bélgica, Finlandia, Estonia y la ya mencionada Corea del Sur).
En cambio, los cálculos de la OCDE para Canadá, Italia, Holanda, República Checa, Noruega, Reino Unido y Eslovaquia sobre los puestos de trabajo en riesgo por la nueva revolución industrial superan el 9 por ciento hasta el 11 por ciento.