Ciudad de México. Una “opción real” de hacer banca social se ha consolidado con la operación de las sociedades financieras populares (sofipo), intermediarios regulados por la autoridad que trabajan en la base de la piramide del ingreso.
En el último año lograron elevar el financiamiento a 16 mil 645 millones de pesos, 10 por ciento más que en el ejercicio previo, dijo Guillermo Colín, presidente de la Asociación Mexicana de Sociedades Financieras Populares (Amsofipo).
Consolidados en varias regiones del país, estos intermediarios comenzaron a resentir el efecto de la delincuencia, incluso en zonas urbanas como la Ciudad de México, con acciones como el “cobro de piso” por parte de bandas de delincuentes, una práctica que afecta a los propios intermediarios como a los clientes a quienes dan préstamos, dijo Guillermo Colín.
“Las sofipos son un medio para lograr la inclusión financiera en el país”, entendida como la incorporación de cada vez más personas a los servicios financieros formales, expuso Colín, al anunciar la celebración, la próxima semana de la Segunda convención nacional de la Amsofipo, que se realizará en Puebla.
Inclusión financiera no es sólo que una persona tenga un contrato firmado con una institución, sino que efectivamente se utilicen los productos de ahorro y crédito para lograr mejoras en el negocio, en la casa y en general en el nivel de vida, dijo Colín.
Las sociedades financieras populares han logrado extender su presencia en una vasta parte del territorio nacional. Actualmente, tienen presencia en 44 de cada 100 de los municipios que existen en el país.
En su modalidad de captadores de ahorro del público, en tres de cada cuatro municipios del país hay personas con una cuenta de ahorro en una Sofipo, informó Colín. Y en cuanto a la canalización de crédito, en dos de cada tres municipios hay una persona que ha recibido un financiamiento de estos intermediarios.