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Trump ahora no tiene “prisa” para cerrar TLCAN

"Si no tenemos un avance, no formalizamos un acuerdo", aseguró hoy Donald Trump sobre el TLCAN, durante una reunión con su gabinete. Foto: Ap

Dpa

Washington. Mientras las delegaciones de Estados Unidos y México intentan en Washington llegar a un rápido acuerdo sobre el TLCAN, el presidente estadunidense, Donald Trump, aseguró hoy que no tiene prisa por lograr un resultado. “No tengo prisa”, dijo durante una reunión con su gabinete, en la que defendió que quiere un buen acuerdo.

“Si no tenemos un avance, no formalizamos un acuerdo”. Hace menos de un mes, en una carta enviada al presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, había instado no obstante a una “rápida” negociación final del acuerdo, advirtiendo de que de lo contrario tomaría un “camino muy diferente”.

Las palabras de hoy de Trump llegaron exactamente el día en el que se cumplió un año del inicio de la renegociación del mayor acuerdo comercial del mundo.

Las conversaciones entre Estados Unidos, México y Canadá se abrieron el 16 de agosto de 2017 en Washington por imposición del mandatario republicano, que considera que el tratado es el peor firmado nunca por su país y que ha beneficiado solo a los otros dos socios.

La delegación mexicana -compuesta por los ministros de Exteriores y Economía, Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, y por Jesús Seade, enviado del presidente electo Andrés Manuel López Obrador- llegó el miércoles a la capital estadounidense para retomar negociaciones sin Canadá por cuarta semana consecutiva. Según la versión oficial, se trata de cerrar temas que afectan solo a Estados Unidos y México antes de volver a sentarse a una mesa trilateral, algo que no ocurre desde mayo.

Guajardo declaró hoy ante periodistas en Washington que todas las partes deben mostrar “flexibilidad”. En las últimas semanas, Estados Unidos y México han dado señales de estar cerca de llegar a una versión nueva de un tratado que entró en vigor en 1994.

“El acuerdo con México va muy bien”, tuiteó el propio Trump la semana pasada. “No es una fecha fatal (definitiva), pero sí estamos convencidos de que en el mes de agosto podremos llegar a un acuerdo”, había dicho días antes su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto.

El objetivo es llegar a un nuevo Nafta antes que termine agosto para poder cumplir los plazos legales que permitan a México firmarlo antes de que López Obrador asuma la presidencia el 1 de diciembre.

Las elecciones legislativas de medio término en Estados Unidos también presionan a la delegación de ese país. En esos comicios se espera un aumento del poder de los demócratas en el Congreso, lo que podría complicar la aprobación del tratado.

Para que la firma pueda tener lugar es preciso que Canadá se una a un hipotético acuerdo con brevedad. La fecha límite para un acuerdo preliminar es el 25 de agosto, ya que la ley estadounidense obliga al Gobierno a informar del mismo al Congreso 90 días antes de la rúbrica.

Una de las dos principales diferencias que complican desde el principio la renegociación del Nafta son las reglas de origen para el sector del automóvil. Estados Unidos quiere que el contenido regional del producto final sea mucho mayor al 62.5 por ciento actual y que la mayor parte de ese sea fabricado por él.

El otro gran punto de fricción es una cláusula automática de caducidad que obligaría a revisarlo cada cinco años y que Washington defiende frente a la oposición de sus socios.

JSL
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