Roberto González Amador

Ciudad de México. Un periodo extendido de estabilidad financiera abrió la puerta a opciones de ahorro con mayor rendimiento que las cuentas o pagarés bancarios tradicionales y en las que no se requieren grandes cantidades de recursos para participar. “En México se ahorra, pero no necesariamente en los mecanismos que generan una mayor rentabilidad ni en aquellos que se ofrecen en instituciones del sector financiero” regulado, dijo este jueves Roberto Cano, director ejecutivo de captación de fondos del Grupo Financiero Banorte (GFNorte).

En los últimos cinco años, el ahorro a través de la industria de fondos de inversión ha crecido 9 por ciento y, sólo en 2017, registra un avance de 14 por ciento, añadió Cano. “Esta evolución refleja que los ahorradores están mejor informados, que se convierten en inversionistas de un instrumento como los fondos de inversión”.

Hay una barrera no financiera que han enfrentado los fondos de inversión, reconoció el directivo de Banorte. Es la creencia de que se trata de instrumentos en los que sólo pueden participar inversionistas sofisticados que disponen de alta sumas de dinero y que, en todo caso, son totalmente especulativos.

“Es momento de derribar esos mitos”, dijo Cano. Expuso que en un fondo de inversión puede participar una persona a partir de mil pesos y existe el instrumento para que lo haga en bonos de deuda emitidos por el gobierno, que son altamente seguros. “El gobierno mexicano nunca ha dejado de pagar sus deudas”, apuntó.

Las cifras mostradas por el directivo de Banorte dan cuenta de un sostenido crecimiento en la industria de fondos de inversión. Y, a pesar de ello, México todavía está a la zaga de la participación que estos instrumentos tienen en países comparables de América Latina. Y ni qué decir respecto de economías avanzadas.

En México, los recursos manejados por los fondos de inversión suman dos billones 284 mil 377 millones de pesos, que equivalen a 10.7 por ciento del producto interno bruto (PIB).

En Brasil, la mayor economía latinoamericana, los fondos de inversión son equivalentes a 60 por ciento del PIB de ese país y, en Chile, a 18.6 por ciento de su economía. En el caso de Estados Unidos, la proporción es de 101.6 por ciento, lo que significa que los fondos de inversión superan el valor de la economía estadunidense, según las cifras ofrecidas por Roberto Cano.

La ventaja de un fondo de inversión respecto de un instrumento tradicional de ahorro está en la posibilidad de que un inversionista puede obtener rendimientos a los que no tendría acceso.

Puso como ejemplo que un fondo de inversión en renta fija -que tiene en su portafolio básicamente bonos del gobierno y papeles de alta solvencia de bancos- ofrece un rendimiento entre 7 y 9 por ciento anual. Comparativamente, añadió, en un pagaré bancario el rendimiento sería en torno a 4 por ciento.

A un fondo de inversión un ahorrador puede entrar con mil pesos y, a partir de esa cantidad, tener acceso a los rendimientos que obtienen los ahorradores más sofisticados o que disponen de grandes sumas, aseguró.

Una de las razones del crecimiento de la inversión en fondos, apuntó, es la estabilidad financiera que ha logrado tener el país por ya varios años de inflación controlada y tipo de cambio relativamente estable. “Claro que hay periodos de volatilidad, se presentan cada cierto tiempo, pero si vemos una fotografía amplia, ha habido varios años de estabilidad y eso ha favorecido a los ahorradores en fondos”, agregó.

Banorte es el cuarto mayor operador de fondos de inversión en el país, con una cartera de 168 mil 756 millones de pesos, que equivalen a 7.4 por ciento del total del mercado, informó.

Los tres primeros son Banamex, BBVA Bancomer y Santander que, en conjunto, gestionan 53.40 por ciento del total del mercado.

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