Luis Ricardo Guerrero Romero

Ya no falta mucho, es más casi casi estamos asomándonos al día, puede ser un 29 de julio cualquiera para miles y miles de millones de personas, pero no para mí, pues en este caso rememoro tu vida, bendito el vientre que te trajo a ver la luz y que después de algunos años me haría brillar por el resto de mi existencia. No se trata de una suma de ciclos, de unos logros e infortunios por años, de risas o llantos, de tu vida y tus menos un año de vida, se trata de ti; y todo lo que tenga que ver contigo me atañe, me sobre importa, me estremece. ¿Cuántas sonrisas caben en mi corazón cuando te recuerdo?, ¿cómo puedo agradecer a la vida por tus días de esplendor? Nada, no soy capaz de hacer algo, un Snorlax gigante que me ha sido imposible hallar asequible, millones de canciones que digan a gritos tanto amor cada día, cada julio 29, suspiros eternos que envuelven mi aliento en honor a tu recuerdo. Nada, definitivamente no hay ni habrá nada que logre dar idea de lo inmensurable que es tan sólo decir tu nombre: Patricia U. C. 2907, 0792, 2709, 9207… un etcétera de posibilidades, un infinto de eres tú.

Luego de todo y luego de tanto, tu sudor, tu ser, tus poros siempre dispuestos a estar homogenizados con mi piel, así el calor con calor, así, el extremo doblegado ante tanto amor, calor, piel, sudor otra vez que se desarrolla, se expande, se intensifica con cada sílaba de tu voz, cada gesto de tu rostro, cada espacio junto a ti. Como siempre desde que te conocí. Mujer sin sombra, mujer sin peros, sin puntos suspensivos, impoluta, mujer hecha sabor a gloria.

¿A quién entregas tu sudor? La fortuna la tiene Noé, a quien le envidio de todas las maneras.

-… luego se acabó su café y su mente dejó de pensar, y sólo queda en su cuerpo el estremecedor recuerdo del sudor de ella con él-.

Qué misterios encierra la vida a uno y a otro, así podemos interpretar el relato anterior, cómo un recuerdo de sudor pudo hacer paralelismos con la vida de él junto a ella. No nos corresponde entender el por qué de tal historia, lo único que podemos averiguar es de dónde viene ese verbo tan húmedo y agotador.

Si bien es cierto, el sudor es una respuesta que nuestro cuerpo emite luego de un proceso complejo no a ojos vistos, no todos los mamíferos somos capaces de sudar, nosotros mamíferos superiores sudamos: al excitarnos, al ejercitarnos, al preocuparnos, al asustarnos, al enfermar, cada que nuestro organismo ocupe sacar calor y avisar que algo pasa en todo nuestro cuerpo.

El verbo sudar tiene su origen en el griego antiguo: ‘υδωρ [ydor, hudor], que ya nos recuerda la palabra hedor. Asimismo, recordamos que ciertas voces helénicas aspiradas (con espíritu áspero) con inicial en /υ/ pasaron con una /s/ inicial a establecerse en el latín; por lo cual hudor dio sudor.

Exudar, en el acto amatorio es placentero, en el deporte es satisfactorio, en la enfermedad es necesario, en una resaca es angustia, pero sudar con miedo es fríamente aterrador. Sudar es pasajero, un forastero húmedo en nuestra geografía humana.

l.ricardogromero@gmail.com

Reloj Actual - Hora Centro de México