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A tiros impiden a ministra del Interior de Chile visitar comunidad mapuche

La ministra de Interior de Chile, Izkia Siches, habla con una mujer indígena mapuche durante una visita en la comuna de Ercilla, Chile, el 15 de marzo de 2022. Foto Afp

Aldo Anfossi, especial para ‘La Jornada’

Santiago. El debut del gobierno de Gabriel Boric en el tratamiento “del conflicto entre el Estado chileno y un pueblo (mapuche) que tiene derecho a existir”, según su descripción al asumir el cargo, resultó en un fiasco cuando la visita de la ministra del Interior, Izkia Siches, a la comunidad indígena de Temocuicui, en la región de La Araucanía, 600 kilómetros al sur de Santiago, se frustró cuando desconocidos le impidieron llegar y realizaron tiros al aire.

La caravana de la ministra transitaba por un camino rural a media mañana del martes, cuando se topó con un corte de ruta hecho con un vehículo incendiado, mientras en las inmediaciones comenzaron a sucederse múltiples disparos. La comitiva, donde había medios de prensa que registraron los hechos, debió dar media vuelta y retroceder hasta la ciudad de Ercilla, donde Siches fue refugiada en un cuartel policial por sus escoltas.

Ninguna organización reivindicó lo sucedido.

En Temocuicui, una comunidad autónoma a la cual es imposible que ingresen policías o burócratas del Estado, porque son enfrentados y expulsados, la ministra se reuniría con Marcelo Catrillanca, padre de Camilo Catrillanca, joven mapuche asesinado en 2018 por un carabinero de un balazo en la cabeza, cuya muerte quiso ser encubierta como un enfrentamiento armado durante el gobierno de Sebastián Piñera.

Pese a todo, Siches pudo concretar el encuentro en la municipalidad de Ercilla, a la cual se trasladó tras salir del cuartel policial, y publicó en redes sociales el siguiente mensaje: “Conversamos con Marcelo Catrillanca, padre de Camilo, en una reunión importante dentro de la jornada en la que buscamos establecer diálogo con víctimas, territorios y autoridades. Con más convicción que nunca reafirmamos nuestro camino. La violencia no nos detendrá”.

Marcelo Catrillanca, quien iba en la caravana cuando ocurrieron los hechos, se refirió a lo sucedido: “No puedo comentar lo que ocurrió en el camino, pero quiero saludar a la ministra porque creo que hay buena intención en el gobierno y eso lo valoramos. Lo que haya pasado en el camino, eso lo debemos resolver dentro de la comunidad y eso lo vamos a conversar”, afirmó.

Además, calificó la visita de Siches como “muy improvisada y no podemos decir que esto se hizo con tiempo”.

Alrededor de las 14 horas Siches dio una rueda de prensa en Temuco, capital regional, donde aseguró que no se dejaría amedrentar y que volvería al territorio todas las veces que fuera necesario.

“Nuestra respuesta será integral y el gobierno no va a retroceder en el plan. Seguiremos con todo nuestro itinerario, buscando el diálogo y el reencuentro. Entendemos que lo que ocurre acá es violencia, pero también falta de Estado. Ausencia de un Estado decidido, que cuando ocurren eventos como los de, no arrancan a la Región Metropolitana, sino que se mantienen en la zona”, declaró.

La gira de la titular del Interior, acompañada de otros cinco ministros en el segundo día hábil del nuevo gobierno, se planteó como una fuerte y concreta señal de la disposición de Boric de tratar el conflicto mapuche sobre la base de un diálogo sin exclusiones. De hecho, pese a lo sucedido, el gobierno ratificó su decisión de poner fin al estado de excepción y retirar la presencia militar en la zona.

El viernes, en su discurso de inauguración, Boric se refirió en los siguientes términos: “Trabajaremos incansablemente por reconstruir las confianzas después de tantas décadas de abuso y de despojo. El reconocimiento a existir de un pueblo, con todo lo que eso implica, será nuestro objetivo y el camino será el diálogo, la paz, el derecho y la empatía con todas las víctimas, sí, con todas las víctimas. Cultivemos, cultivemos la reciprocidad, no nos veamos como enemigos, tenemos que volver a encontrarnos”.

En el sur de Chile, en el Wallmapu mapuche, en una extensión de unos 72 mil kilómetros cuadrados, tiene lugar desde hace 20 años un cada vez más violento movimiento indigenista por la recuperación de sus tierras ancestrales y la obtención de autonomía, que va dejando decenas de muertos, tanto chilenos como mapuche.

La mayor parte de esas tierras , unos cuatro millones de hectáreas, están en posesión de duopolios forestales que arrancaron los bosques nativos y los reemplazaron por plantaciones exóticas de pino y eucaliptus.