Londres. La autoridad electoral británica amplió hoy el plazo de registro de los ciudadanos para poder paticipar en el referéndum del 23 de junio, en el que se votará sobre la salida o permanencia del país en la Unión Europea (UE), tras un fallo técnico el martes que dejó a miles de personas sin poder registrarse.
El plazo, que había expirado a medianoche, fue extendido durante 48 horas, tras fuertes debates entre el Gobierno y la comisión electoral.
«Si no te has registrado y quieres votar en este referéndum sobre la UE deberías registrarte», escribió Cameron en la red social Twitter. «Una enorme demanda provocó una sobrecarga del sistema la pasada noche», explicó.
El colapso de la web dos horas antes de que expirara el plazo dejó a muchos sin registrarse. El ministerio responsable justificó los problemas técnicos con una afluencia sin precedentes.
«Nadie debería ser excluido del voto en esta consulta histórica por el problema con el registro de la pasada noche», dijo en un comunicado Alex Robertson, director de comunicación de la comisión electoral.
Los líderes de la oposición, entre ellos el laborista Jeremy Corbyn, habían pedido la extensión del plazo, al que están convocados unos 45 millones de personas. Desde que el gobierno empezó la campaña el 15 de mayo sólo se han registrado online 1,6 millones. Expertos esperan una participación de en torno al 60 por ciento.
El de anoche no fue sin embargo el único incidente en el registro electoral: hace casi una semana se dio a conocer que se habían enviado masivamente documentos electorales a ciudadanos de la UE no británicos, que no tenían derecho a participar en el referéndum. La comisión se vio obligada a tomar postura y anunciar que quedan excluidos de la consulta popular exceptuando a los ciudadanos de Irlanda, Malta o Chipre.
Por otro lado, el líder del euroescéptico Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip), Nigel Farage, protagonizó hoy un escándalo al abandonar el pleno del Parlamento Europeo. «Espero estar hablando aquí por última vez como representante de un Estado miembro», dijo. Su partido tiene 22 diputados en la cámara en Estrasburgo.
«Espero que podamos abandonar la Unión Europea el 23 de junio, ahora abandonaré la sala y puede llevar tiempo hasta que regrese», dijo manifestando su esperanza en un rápido Brexit.
Antes había dicho que en el referéndum no sólo estaba en juego la salida de Reino Unido: «Si se toma esa decisión, creo que otros países miembro tomarán también esa decisión». Y añadió: «Creo que podremos ser entonces un Estado soberano independiente y negociar con otros como tal».
El presidente de la cámara, Martin Schulz, no descartó una rápida renuncia a sus mandatos por parte de los diputados euroescépticos en el caso de que gane la opción de la salida de la UE en el referéndum.
«Creo que podría haber algunos a los que les gustaría irse los primeros, quizá miembros del Ukip», dijo ante la prensa.
Sin embargo, dijo que los diputados son representantes de todos los ciudadanos de la UE y tienen derecho a ejercer su mandato hasta el final. Los tratados europeos prevén un periodo de dos años para que un país complete eventualmente su salida de la UE tras decidirlo.
«Creo que se marcharían inmediatamente y no querrían volver», dijo Schulz, que pidió un debate sobre le futuro de la UE, sea cual sea el resultado de la consulta.
Ni el primer ministro británico, David Cameron, ni el líder del partido euroescéptico Ukip convencieron durante su comparecencia televisiva en la noche del martes en la que se sometieron a las preguntas del público al respecto, aunque sin debatir entre ellos.
Según los medios británicos, en el programa emitido por la emisora ITV ni Cameron, que aboga por al permanencia en la UE, ni Farage, que pide su abandono, salieron airosos del evento.
Cameron parecía más un asesor de bienes que quería vender un seguro innecesario, escribió el diario liberal de izquierda «Guardian».
En realidad, las respuestas de Cameron fueron repetitivas, al tiempo que desechaba las preguntas embarazosas, para limitarse a defender que la UE es buena para la economía británica y por ello para el país, sin que el público pareciera satisfecho con sus respuestas.
Por su parte Farage advirtió de que la permanencia del país en la UE podría llevar a escenas como las de fin de año en Colonia -en relación al ataque, robo y manoseo de mujeres por supuestos hombres de origen inmigrante- y se presentó como víctima de una conspiración.
El diario conservador «Telegraph» lo tildó de «paranoico» e irracional y criticó una declaración en la que dijo que la medicina alternativa no se fomenta lo necesario.
El líder del Ukip no es muy popular entre los defensores del «Brexit» del sector conservador, que lo consideran demasiado radical. Por eso algunos vieron como una táctica que Cameron compareciera tras él en el programa, en lugar del popular conservador Boris Johnson, ex alcalde de Londres. Cameron pudo así acusar a Farage de ahuyentar a los conservadores moderados.