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Boko Haram profundiza crisis de agricultores nigerianos

Pimientos recolectados en las fincas de la comunidad de Jere, en el estado de Borno, que reciben ayuda de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Foto Afp

Afp

Maiduguri. Agricultores afectados por la insurrección de Boko Haram en el noreste de Nigeria pidieron ayuda a Naciones Unidos para combatir la crisis alimentaria, con ocasión de una visita del director de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“Si pueden ayudarnos con pozos, fertilizantes, pesticidas y dinero, así como con semillas, cultivaremos suficiente comida para alimentarnos”, declaró el viernes Ali Kawu, un productor de verduras, a José Graziano Da Silva.

“Creemos que si aumentamos la producción, tendremos una cosecha superior y mejores precios”, agregó durante la visita del responsable de la ONU a los campos irrigados de Gongolon, en la periferia de Maiduguri, capital del Estado de Borno, epicentro de la violencia desde que estallara el conflicto con los yihadistas armados en 2009.

Da Silva aprovechó esta visita de 24 horas para presentar un plan de ayuda de 62 millones de dólares (58.5 millones de euros) en tres años para luchar contra la crisis humanitaria del noreste de Nigeria, donde casi 10 millones de personas necesitan ayuda alimentaria, según la ONU.

Los agricultores perdieron tres temporadas de cosecha sucesivas por culpa del conflicto con Boko Haram, que ha dejado más de 20 mil muertos y unos 2.6 millones de desplazados.

“Con una asistencia adecuada, en dos años podremos invertir las pérdidas de los últimos tres años”, aseguró un productor de tomates, Habib Bukar. “Tenemos tierra y mano de obra para cultivar. Hacemos buenas cosechas y, con ayuda, creceremos mucho”, dijo, contemplando sus tierras, en las que cientos de mujeres recolectaban tomates.

La FAO prevé ayudar a 1.9 millones de agricultores en los tres Estados del noreste más afectados por la violencia (Borno, Adamawa y Yobe) para facilitar el acceso a las semillas, abonos y pesticidas en la temporada de siembra, que empieza dentro de tres semanas.

La organización ya ha recabado 10 millones de dólares para ayudar a la mitad de los agricultores implicados, pero será difícil encontrar el resto de los fondos necesarios a tiempo, según Da Silva.

Volver a casa

La población de Gongolon se ha disparado en los últimos años, pasando de 2 mil personas a unas 45 mil por la afluencia de desplazados por el conflicto.

Ibrahim Mammadu, un agricultor de 35 años oriundo de la región de Mata, espera poder beneficiarse del programa de la FAO para tener sus propios cultivos y vender sus cosechas.

Antes de huir de su aldea, escapando de los ataques de los yihadistas, Ibrahim poseía tierras que producían al menos 30 sacos de arroz al año. Ahora trabaja como operario en el campo de tomates de Habib Bukar por 5 mil nairas (14 euros) al mes, con lo que apenas consigue alimentar a su esposa y sus tres hijos durante una semana.

Para él, fundar su propio cultivo “es la única manera de salir de la dependencia y de la pobreza”, porque la agricultura es todo lo que conoce.

Según la FAO, 3.6 millones de personas se verán afectadas por la crisis alimentaria en el Estado de Borno antes de agosto, es decir, casi el doble que el año pasado.

El ejército nigeriano expulsó a Boko Haram de la mayor parte de los territorios de los que se habían apoderado los yihadistas, pero volver a sus casas supone un desafío para los desplazados, pues muchos agricultores vendieron todos sus bienes para sobrevivir: semillas, herramientas agrícolas y ganado.