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Flores y otros recuerdos de los seguidores de David Bowie, en una ofrenda en un mural de Birxton, al sur de Londres. Foto Reuters
Por Afp
Nueva York. “Me siento devastada, como todo el mundo”, resumió con lágrimas en los ojos Penélope, una chica francesa, en la puerta de la casa de David Bowie en Nueva York, donde el lunes se apilaban flores en homenaje a la leyenda del rock.
Situado en el tiempo atrás bohemio y ahora coqueto barrio de Soho, el edificio de Lafayette 285 en el que vivía el músico británico fallecido el domingo a los 69 años veía en la fría mañana neoyorquina más periodistas que admiradores.
La muerte de Bowie sorprendió al mundo, ya que apenas dos días atrás había publicado su 25º álbum, el último de una excepcional carrera que comenzó en los años 1960.
En el edificio de Lafayette todo era discreción y los vecinos entraban y salían sin hablar con la prensa.
Despedida en el barrio londinense en que nació
A los pies de un colorido fresco que representa el rostro de David Bowie en Brixton (sur de Londres), admiradores de todas las generaciones y de muchos países desfilaban el lunes para dar el último adiós a su ídolo.
“Todo el mundo lo quería. Es un día de tristeza”, asegura Julia, vecina de este barrio popular en vías de transformación urbana donde Bowie nació hace 69 años.
Junto a ella, otros muchos seguidores en duelo se acercan al mural realizado sobre la pared de un supermercado en Tunstall Road por el artista australiano Jimmy C (James Cochran), inspirado en el album Thin White Duke.
Bowie se mantuvo ligado al sur de Londres durante su infancia. Creció en Bromley, una tranquila zona en las afueras de la capital británica y después se mudó a la zona Beckenham, poco antes de que su carrera despegara.
