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El independentismo catalán inicia contactos para formar gobierno

El líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Perè Aragonés, inició los contactos para sacar adelante la investidura que le convertirá en el primer presidente de la Generalitat de Cataluña de su partido desde hace más de 80 años. Foto Afp

Armando G. Tejeda, corresponsal

Barcelona. Unas horas después de finalizada la jornada electoral en Cataluña, marcada por las duras restricciones para las votaciones por la pandemia del Covid-19 y por el histórico triunfo del independentismo, las fuerzas nacionalistas ya iniciaron los contactos para la construcción de un acuerdo que no sólo permita la formación de un nuevo gobierno, sino que sobre todo se ciña al objetivo final: la independencia del Estado español.

El camino aún será largo y para ello tendrán que dar muchos pasos, pero el clamor del nacionalismo es que, con los resultados de los comicios, se tiene que luchar por la celebración de un referendo vinculante que permita la autodeterminación.

El líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Perè Aragonés, inició los contactos para sacar adelante la investidura que le convertirá en el primer presidente de la Generalitat de Cataluña de su partido desde hace más de 80 años. Su intención es que se sumen a su proyecto el nacionalismo conservador de Junts per Catalunya (JxCat), la formación anticapitalista y comunista de la Candidatura de Unitat Popular (CUP) y, también, en En Comú Podem (la marca electoral de Unidas Podemos (UP) en la región, que si bien no es un partido separatista sí está a favor del derecho de autodeterminación de los pueblos. Entre los cuatro partidos sumarían hasta 82 escaños -de los 135 que forman el Parlamento autonómico-, con lo que superarían con holgura la mayoría absoluta.

El objetivo del líder de ERC es integrar a las cuatro formaciones en dos objetivos, que todas comparten: celebrar un referendo de autodeterminación para la independencia del Estado español y exigir la amnistía de los políticos nacionalistas presos por su participación en la fallida declaración unilateral de independencia del 2017, así como que se permita el regreso de los líderes independentistas que se refugiaron en otros países para evitar ser juzgados por los tribunales españoles, como es el caso del ex presidente Carles Puigdemont.

En lo que difieren las cuatro formaciones es en la vía para lograr la independencia. ERC y En Comú Podem son partidarios de abrir una mesa de diálogo con el gobierno español, del socialista Pedro Sánchez, para encontrar una formula legal que permita la celebración de una consulta ciudadana vinculante y que suponga la realización de la aspiración de una buena parte de la sociedad catalana. Las otras dos formaciones, JxCat y la CUP, coinciden en que el Estado español nunca desarrollará formulas constitucionales para la separación de una parte de su territorio, por lo que reclaman una nueva Declaración Unilateral de Independencia (DUI), parecida a la hecha en el 2017 y que culminó en fracaso, en parte por la represión y las actuaciones judiciales de las instituciones españoles.

El conglomerado de fuerzas nacionalistas entienden, un día después de los comicios, que el hecho de que hayan obtenido más del 51 por ciento de los votos, ya tienen una mayoría suficiente que reclamar la independencia y que por tanto el Estado español debe escuchar este clamor y permitir la celebración de un referendo. Para ello se tendría que reformar la Constitución, para lo que es necesario una amplía mayoría, y se tendrían que encontrar las formulas de consulta posibles dentro del marco que establece la Carta Magna. Con esta vía se haría proceso negociado con las instituciones españoles. Un escenario difícil en estos momentos, sobre todo por la debilidad parlamentaria del propio gobierno español y por la previsible oposición frontal de todo el bloque de los partidos de la derecha españolista.

En este contexto, lo más urgente para el bloque nacionalista es celebrar la sesión de investidura, sacarla adelante en favor de Perè Aragonés para cerrar cualquier aspiración del líder del Partido Socialista de Cataluña (PSC), Salvador Illa, que si bien fue el partido más votado no tiene los apoyos necesarios para la formación de gobierno. Una vez que Aragonés sea investido, entonces reclamarán la restitución de la mesa de diálogo con el gobierno español para sacar adelante esos dos objetivos que son prioritarios en estos momentos para el bloque nacionalista: buscar una formula legal para celebrar el referendo de independencia y que se declare la amnistía de los presos.