Ayatola iraní Jamenei se burla del “novato” Trump
7 febrero, 2017
“Le caigo bien a Obama”, se ufana Trump
7 febrero, 2017

Ser de EU y del grupo social del jurado, claves para ganar un Óscar

En las imágenes, las actrices Natalie Portman, Isabelle Huppert y Emma Stone, quienes disputan el Óscar en la categoría de mejor actriz. Foto Afp

Europa Press

Madrid.

Si quieres ganar un Óscar, lo mejor es ser un actor de Estados Unidos en un filme que retrata la cultura de ese país, según concluye un artículo publicado este domingo en British Journal of Psychology, por el doctor Niklas K. Steffens, de la Escuela de Sicología de la Universidad de Queensland, en Australia, y colegas.

Los investigadores realizaron un análisis a gran escala de la distribución de los premios Óscar al mejor actor y a la mejor actriz en un papel principal otorgados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadunidense, así como el premio para el mejor actor y para la mejor actriz en un papel principal por la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión (es decir, los BAFTA) desde 1968.

Este análisis cubrió un total de 908 candidatos a obtener los galardones, que incluían 97 ganadores y 383 nominados (sin éxito) en el caso de los Óscar y 97 ganadores y 331 nominados (no ganadores) en los premios BAFTA. Ambos galardones pretenden reconocer las mejores actuaciones en películas del mundo.

Los resultados de la investigación muestran que los actores estadunidenses dominaron los premios, al ganar más de 50 por ciento de todos los reconocimientos en los Óscar y los BAFTA. Sin embargo, los actores tenían más probabilidades de hacerse con un galardón si pertenecían al mismo grupos sociales que los jueces responsables de elegir a los ganadores.

Esto supuso que los actores estadunidenses obtuvieran 52 por ciento de todos los BAFTA y 69 por ciento de todos los Óscares, mientras los actores británicos se alzaron sólo con 18 por ciento de los segundos, pero con 34 por ciento de los primeros.

Brillante o excepcional

Sabemos mucho acerca de los factores que aumentan la capacidad de las personas para mostrar actuaciones excepcionales. Sin embargo, una cuestión algo diferente es qué hace que una actuación determinada pueda verse como excepcional. Esta fue la pregunta que tratamos en esta investigación, describe el doctor Steffens.

Estos resultados muestran que si vemos una actuación concreta como extraordinaria no sólo es por la calidad objetiva de ese trabajo. Los miembros del jurado son mucho más propensos a reconocer un rendimiento como verdaderamente brillante cuando comparten con los artistas la pertenencia a un grupo social, destaca.

Los datos también mostraron que la nacionalidad marcó una diferencia a la hora de ganar un premio. En el caso de los Óscar, los actores estadunidenses recibieron 67 por ciento de todas las nominaciones y 78 por ciento de todos los premios. Lo mismo ocurre con los BAFTA, donde los actores británicos se hicieron con 31 por ciento de todas las nominaciones y con 42 por ciento de todos los premios.

Con relación en este patrón, el doctor Steffens dice: La pertenencia a grupos sociales comunes se vuelve aún más importante cuando aumenta el valor diagnóstico de un indicador de calidad; es decir, cuando determinamos si algo no sólo es excelente, sino que es sobresaliente. En este caso, los actores estadunidenses tienen dos de cada tres nominaciones a los Óscar, pero ganan casi cuatro de cada cinco de los premios.

Otro factor determinante del éxito fue el tema de la película. En los premios Óscar, los artistas estadunidenses representaron 26 por ciento de los ganadores de premios cuya actuación fue en películas sobre la cultura no estadunidense y 88 por ciento de los ganadores obtuvieron los premios por su trabajo en películas sobre dicha cultura.

Existe una creencia generalizada de que nuestra percepción de hacer una creación original y excepcional viene dada por sus cualidades objetivas, pero en realidad está fuertemente influenciada por los grupos sociales de los que somos miembros y que proporcionan la base para dar sentido al mundo, concluye Steffens.