Teherán. Los iraníes no harán la peregrinación anual a La Meca, declaró este domingo el ministro de Cultura de Irán, Alí Janati, al acusar al gobierno de Arabia Saudita de poner «trabas».
«Tras dos series de negociaciones sin resultados a causa de las trabas de los saudíes, los peregrinos iraníes no podrán, lamentablemente, celebrar el Hajj», la peregrinación anual a este recinto religioso, puntualizó Janati.
Una delegación iraní viajó la semana pasada a Arabia Saudita para intentar alcanzar un acuerdo sobre la peregrinación de los fieles iraníes a La Meca. Pero la delegación volvió el viernes al país sin haber llegado a un acuerdo.
«El ministerio saudita del Hajj y sus responsables no tenía la autoridad necesaria para tomar decisiones», declaró entonces Said Ohadi, presidente de la organización iraní del Hajj.
Agregó que los saudíes no habían aceptado las condiciones de Irán.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita, Adel al Jubeir, afirmó que Irán propone unas condiciones «inaceptables» para la participación de sus ciudadanos en el gran peregrinaje anual de los musulmanes a La Meca.
«Irán reclamó el derecho de organizar manifestaciones… y de tener privilegios que crearán el caos durante el Hajj (peregrinaje). Esto es inaceptable», Señaló Al Jubeir en una conferencia de prensa común con su homólogo británico Philip Hammond en Yeda, en el oeste de Arabia Saudita.
El ministro hacía referencia a las manifestaciones de «la aversión a los ateos», llenas de eslóganes hostiles contra Estados Unidos e Israel, que los fieles chiitas iraníes intentan organizar cada año durante el peregrinaje a Arabia Saudita, de mayoría sunita.
Estas discusiones eran el segundo intento entre las dos grandes potencias rivales de Oriente Medio para establecer las condiciones de la organización de la peregrinación de este año, en septiembre, después de que el año pasado una inmensa estampida causara 2 mil 300 muertos, 464 de ellos iraníes.
Otro incidente se registró en 1987, una manifestación de peregrinos iraníes a La Meca terminó en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad sauditas, lo que provocó 402 muertos, 275 de ellos iraníes.
Arabia Saudita, un país con población mayoritariamente sunita, e Irán, chiita, discrepan en muchos temas, como la guerra en Siria, donde Teherán apoya al régimen del presidente sirio Bashar al Asad y Riad a los grupos rebeldes.