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Líbano rescata a unos 200 migrantes en el mar y luego los deporta

El ejército libanés rescata a migrantes de un bote que se hunde en el mar Mediterráneo, cerca de las costas de Trípoli, en el norte de Líbano, el sábado 31 de diciembre de 2022. Foto Ap

Ap

Trípoli. En la víspera del Año Nuevo, una pequeña embarcación que trasladaba a más de 230 migrantes, la mayoría sirios, se averió y comenzó a hundirse tras haber zarpado de la costa norte de Líbano.

Desde el colapso de la economía libanesa en 2019, cada vez más personas —en su mayoría refugiados sirios y palestinos, pero también ciudadanos libaneses— han intentado salir del país y llegar a Europa por mar. Con frecuencia los intentos son letales.

En esta ocasión, equipos de rescate de la Armada de Líbano y fuerzas de paz de la Organización de Naciones Unidas (ONU), desplegadas en la frontera con Israel, pudieron rescatar a todos los pasajeros, salvo a dos, una mujer siria y un niño que se ahogaron. Sin embargo, para muchos de los sobrevivientes el alivio fue fugaz.

Tras llevarlos de vuelta a la costa, al puerto de Trípoli, donde se recuperaron durante la noche, el ejército libanés subió a casi 200 de los sirios rescatados a camiones y los llevó al lado sirio de un cruce fronterizo extraoficial en Wadi Jaled, una zona remota del noreste de Líbano, declararon algunos sobrevivientes y activistas por los derechos humanos.

No queda claro quién ordenó la deportación, pero el incidente marcó un aparente incremento en las deportaciones de sirios por parte del ejército libanés en una época de creciente retórica antirrefugiados en la pequeña nación agobiada por la crisis. Oficiales del Ejército y Seguridad General —agencia que suele ser la responsable de gestionar los temas de inmigración— no respondieron a numerosas solicitudes de comentarios.

Una vez que estuvieron al otro lado de la frontera, los sobrevivientes del bote fueron interceptados por hombres con uniformes del ejército sirio que los llevaron a unos invernaderos de plástico de gran tamaño. Los tuvieron cautivos allí hasta que sus familiares pagaron para que los liberaran, y traficantes de personas los regresaron a Líbano.

Uno de los sobrevivientes del bote, Mahmud al Dayub, refugiado de 43 años del área de la ciudad siria de Homs, dijo que escuchó a sus captores negociar el precio de cada detenido.

“No sé si era el ejército sirio o los traficantes”, dijo Dayub, quien también ha estado registrado como refugiado en Líbano desde 2012.

“Había 30 personas que nos rodeaban con armas y no sabíamos qué estaba pasando”, señaló. “Lo único que yo quería era que no me llevaran a Siria, porque si regreso a Siria, podría no poder regresar”.

Dayub relató que consiguió escapar y cruzar la frontera. Su familia nunca pagó un rescate por él.

Activistas por los derechos humanos dicen que el caso de los sobrevivientes de los botes es un nuevo giro preocupante en los intentos de Líbano para que los refugiados sirios regresen a su país.