Gómez Fierro otorga primer recurso provisional contra padrón de celulares
20 abril, 2021
Jucopo valida mañana reforma al Poder Judicial
20 abril, 2021

Navalny está “muy débil”, sin asistencia médica, dice su abogada

El opositor ruso Aleksei Navalny, en huelga de hambre desde hace tres semanas, “está muy débil, casi no puede sentarse ni hablar", dijo a los periodistas su abogada Olga Mijailova. Foto: Ap

Afp

El opositor ruso Aleksei Navalny, en huelga de hambre desde hace tres semanas, está “muy débil” y “no recibe” asistencia médica, según su abogada, que pudo visitarlo este martes en prisión y pidió que fuera trasladado a un hospital civil de Moscú.

“Está muy débil, casi no puede sentarse ni hablar”, dijo a los periodistas Olga Mijailova, explicando que “no recibe ayuda médica” apropiada en el hospital carcelario y exigió su traslado.

El militante anticorrupción, quien dejó de alimentarse hace tres semanas, fue llevado el lunes a una unidad carcelaria hospitalaria en Vladimir, gran ciudad ubicada al noreste de Moscú. Sus familiares y sus médicos afirman desde el fin de semana que corre riesgo de muerte.

Algunas horas antes, varios médicos, liderados por Anastasia Vasilieva, médica personal de Navalny y líder de un sindicato opositor, afirmaron no haber podido visitarlo, como ya ocurrió cada vez que intentaron hacerlo desde su encarcelamiento a principios de marzo.

“Es una actitud muy irrespetuosa hacia las personas que llegaron para ejercer su deber humano, el deber médico ayudar a un paciente”, declaró a la AFP fuera de la colonia, añadiendo que se trata de “la salud y la vida” del opositor de 44 años.

Navalny tiene una muy alta concentración de potasio en la sangre y podría “sufrir un paro cardíaco” en cualquier momento, según los médicos.

Navalny dejó de comer el 31 de marzo en protesta por sus condiciones de detención, acusando en particular a la administración penitenciaria de rechazar su pedido de visita de un médico, en tanto sufre una doble hernia discal y pérdida de sensibilidad en brazos y piernas.

El enemigo número uno del Kremlin fue arrestado en enero, al regresar a Rusia tras cinco meses de convalecencia en un hospital de Alemania por un envenenamiento del que acusa personalmente a Vladimir Putin.

Fue condenado a dos años y medio de prisión por un caso de fraude que se remonta a 2014, lo cual considera una maniobra política.