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Ginebra. Los rebeldes en el este de la ciudad de Alepo han aceptado un nuevo alto el fuego para que la población pueda recibir ayuda humanitaria en ese sector, informó hoy en Ginebra el coordinador de ayuda de emergencia de Naciones Unidas, Jan Egeland.
Los suministros de ayuda para los sirios que padecen hambre son urgentemente necesarios, advirtió Egeland. “La situación es muy mala”, subrayó.
En la zona bajo control rebelde en el este de Alepo se encuentran atrapadas más de 250 mil personas. La ONU intenta desde principios de noviembre alcanzar acuerdos con las fuerzas beligerantes para llevar ayuda humanitaria y evacuar a heridos. Sin esta ayuda, las personas afectadas corren peligro de murieron por inanición, alertó Egeland.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia ya había anunciado el miércoles que Moscú aceptaría una tregua temporal a condición de que la ONU garantizara la participación de los rebeldes. Sin embargo, Egeland exigió una declaración rusa por escrito y un “apoyo incondicional” a la tregua. Por lo que respecta al Gobierno sirio, hasta el momento Damasco ni siquiera ha respondido a la petición de Naciones Unidas.
Egeland advirtió que para la población siria se avecina el invierno más duro desde que estalló la guerra civil en el país, en marzo de 2011. Según el funcionario de la ONU, en todo el país hay casi un millón de personas atrapadas en áreas bajo asedio y desprovistas de cualquier ayuda.
