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Secretario de Estado de EU afirma que es necesario seguir aislando a Venezuela

El secretario de Estado de EU, Rex Tillerson, durante una conferencia de prensa en Buenos Aires, Argentina. Foto Xinhua

Stella Calloni, corresponsal 

Buenos Aires. El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, se reunió este domingo aquí con el canciller argentino, Jorge Faurie, coincidiendo en continuar aislando a Venezuela aumentando la presión política y económica sobre el gobierno de Nicolás Maduro, entre las que se consideraron medidas como “sancionar el petróleo”, prohibir su venta en Estados Unidos o “refinar productos que vengan de Venezuela”.

“No podemos permitir la destrucción de Venezuela”, dijo Tillerson insistiendo en que el “desacuerdo” de Argentina y Estados Unidos es “con el régimen” de Maduro y no con los ciudadanos, que están “sufriendo enormemente” aunque “no hacer nada es también pedir que ese pueblo siga sufriendo”.

Tillerson llegó este sábado a Argentina y después de visitar Bariloche, en el sur, la mañana de este domingo se reunió con el canciller Faurie, en esta capital donde también analizaron que Perú decidirá si se excluye o no a Venezuela de la Cumbre de las Américas que se realizará en abril próximo en Lima, y a la que asistirá el presidente Mauricio Macri, cuyo “liderazgo” en la región elogió el enviado estadunidense.

La presencia del secretario de Estado que este lunes se entrevistará con Macri, coincide con el comienzo de una semana de protestas en todo el país, ante una serie de nuevos aumentos en el transporte, en los peajes, en la luz, los alimentos, los medicamentos y otros servicios importantes, mientras se preparan por lo menos dos paros, y la imagen del presidente sigue cayendo día a día.

Se le preguntó a Tillerson por qué el gobierno de Estados Unidos continúa comprando petróleo a Venezuela, algo que había reclamado también Macri, quien desde su campaña a la presidencia y en los dos años de su gobierno ha intentado una serie de acciones contra el gobierno de Maduro, que no tuvieron el respaldo esperado en todos los países a los que recurrió. Admitió Tillerson que en su gobierno se debatieron medidas adicionales sobre Venezuela que se puedan aplicar.

Faurie, por su parte, incrementó el lenguaje agresivo contra Venezuela y resaltó que la “posición de Argentina es absolutamente clara. No estamos reconociendo el proceso político y la deriva autoritaria de Venezuela. No reconocimos la asamblea constituyente, y estamos pendiente de los presos políticos que no pueden participar. Adherimos a todos los mecanismos a nivel regional que permitan no aceptar las decisiones del gobierno de Maduro”.

Esto lo dijo el canciller de un país que enfrenta una demanda de organismos internacionales sobre presos políticos, como es el caso de la dirigente social Milagro Sala y otros ex funcionarios y dirigentes sociales también detenidos inconstitucional e ilegalmente.

Falta ver qué solución hay a otro planteamiento de Faurie sobre el conflicto bilateral por el aumento de los aranceles al biodiesel en el mercado estadunidense, que es un tema fuerte para Argentina.

En un almuerzo, Tillerson compartió con otros funcionarios gubernamentales algunos de ellos cuyas renuncias han pedido diversos sectores de la sociedad como la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de Agricultura, Luis Etchevehere, de Energía, Juan José Aranguren sobre el que se vienen causas judiciales por los interminables aumentos a la luz.

Varios analistas locales advirtieron que en los países visitados y especialmente México y Colombia, aunque también Argentina y Perú, no parece que los gobiernos tengan la solvencia necesaria para juzgar a Venezuela. La denuncia de la Organización de Naciones Unidas sobre el asesinato de más de cien dirigentes de derechos humanos en Colombia, después de la firma del proceso de paz, a lo que se agregan denuncias de otros organismos por la cantidad de dirigentes sindicales, campesinos y líderes de pueblos originarios que han sido asesinados también, “no se condice con los reclamos que hacen a Venezuela”. Lo mismo sucede con México, donde continúan los asesinatos de periodistas y no hay respuesta para los miles de muertos y desaparecidos en los últimos años, señalan.

Además en la visita a Perú se encontrará con un presidente, Pedr Plabo Kuczynski, debilitado por las protestas de miles de ciudadanos, y especialmente por el tema de la impunidad.

En Argentina, además de los presos políticos, en estos momentos hay una “cacería” de dirigentes sindicales, y el presidente Macri enfrentará en el Congreso el debate contra su forma de gobernar con decretos de necesidad y urgencia, que en los últimos días anularon leyes y cambiaron otras, afectando gravemente a la población. Esto es considerado por juristas locales, como un “estado de excepción” muy peligroso para la democracia.

JSL
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