Arturo Huerta González

La economía nacional sigue manifestando su tendencia decreciente. Datos del Indicador Oportuno de Actividad Económica del Inegi reportan que en agosto y septiembre de 2025 mostraron una caída anualizada de 0.6%, cuando en julio su caída fue de 1.2% y la estimación del tercer trimestre del año fue de -0.8%, manifestándose en septiembre la mayor caída anual en el sector industrial de 3.0%, que ha presentado siete meses a la baja.

La caída de la actividad económica es resultado de la alta tasa de interés, de los recortes presupuestales de Hacienda, como del dólar barato con que se ha venido trabajando. Tales políticas contraen la demanda, la inversión y llevan a que las importaciones desplacen a la producción nacional e incrementen el desempleo. A ello se suma la caída de exportaciones que se está presentando como consecuencia de los aranceles establecidos por el gobierno de EU contra México.

La industria de construcción es afectada por la alta tasa de interés, como por la contracción de la inversión pública. La alta tasa de interés estimula la entrada de capitales la cual abarata el dólar y las importaciones, lo que reduce la competitividad de la producción nacional y desestimula el crecimiento de la inversión en el sector productivo. La alta tasa de interés incrementa el costo del servicio de la deuda del sector público y privado y les reduce su capacidad de gasto e inversión, lo que contrae la actividad económica.

Las autoridades monetarias y hacendarias a pesar de la contracción de la economía no contemplan cambio alguno de sus políticas, las cuales privilegian la estabilidad del tipo de cambio a favor del sector financiero. El contexto de libre movilidad de capitales les impide bajar la tasa de interés e incrementar el gasto público para impulsar el crecimiento económico y el empleo, ante el temor de que ello genere presiones sobre precios y el tipo de cambio y provoque salida de capitales y devalúe la moneda. Las políticas neoliberales predominantes impiden flexibilizar la política monetaria, fiscal y cambiaria a favor del crecimiento, por lo que la economía seguirá en su tendencia decreciente, con mayor desempleo, junto a crecientes problemas de insolvencia que comprometerán la estabilidad del sector bancario.

Con la política predominante no hay viabilidad de bajar la tasa de interés e incrementar el gasto público para dinamizar el mercado interno para contrarrestar la caída de exportaciones y de la inversión extranjera que acontecen como consecuencia de los aranceles estadunidenses, por lo que seguirá contrayéndose la actividad económica en el país, con el consecuente desempleo, miseria y delincuencia creciente.

Tal situación es insostenible, económica, política y socialmente, pues no se están atendiendo las demandas nacionales de crecimiento, empleo y bienestar de la población. Al caer más la actividad económica, se reducirá el grado de inversión por parte de las calificadoras y ello no solo se traducirá en mayores tasas de interés cuando el gobierno recurra a los mercados financieros por financiamiento, sino que ocasionará menor entrada de capitales y salida de éstos, lo que desestabilizará el tipo de cambio y el mercado de capitales.

Es indispensable que se impulse la producción nacional, para lo cual se tiene que establecer aranceles a las importaciones que el país recibe, aunado a menor tasa de interés para abaratar el crédito a la inversión, como para reducir el costo del servicio de la deuda para que los sectores endeudados puedan aumentar consumo e inversión. La menor tasa de interés reduciría la apreciación cambiaria y mejoraría la competitividad de la producción nacional. El gobierno debe otorgar subsidios a la inversión industrial y agrícola, como incrementar el gasto e inversión para aumentar demanda y así estimular el crecimiento de la inversión privada en el impulso de la producción nacional para reducir importaciones y el déficit de comercio exterior y la dependencia de la entrada de capitales, para poder flexibilizar más la política económica a favor del crecimiento y del empleo.

Para bajar la tasa de interés, incrementar el gasto público y tener tipo de cambio competitivo, se tiene que regular el movimiento de capitales para evitar prácticas especulativas de salida de capitales. Mientras no se subordine al sector financiero a favor del sector productivo y del empleo, seguiremos en estancamiento y en crisis económicas frecuentes.

ahuerta@unam.mx
Profesor del Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM desde 1975

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