César Arellano

Ciudad de México. La decisión de un juez federal de liberar a Ildefonso Zamora, indígena ambientalista, pone fin a nueve meses de “injusticia”, luego de que fuera privado de su libertad el 20 de noviembre de 2015.

En conferencia de prensa en el centro de derechos humanos Miguel Agustín Pro Juárez, al que asistieron familiares y amigos de Zamora, ambientalistas y defensores en la materia señalaron que el Poder Judicial de la Federación reconoció que en el proceso penal seguido en su contra por el delito de robo agravado “se violó su derecho humano a la presunción de inocencia al no existir pruebas en su contra”.
Manifestaron que durante la audiencia en la que Ildefonso Zamora fue puesto en libertad expresó ante la jueza “soy inocente y siempre lo supe. Todos los daños que me han hecho son de difícil reparación y no sé quién me hará justicia”.
Al salir de la prisión  tras reencontrarse con su familia, el defensor indígena expresó su agradecimiento a las personas que lo apoyaron en exigir su liberación y dijo “esperó poder retomar mis proyectos de lucha en la defensa de la tierra de los tlahuicas y los bosques que marcan la vida para las generaciones futuras, pues sin ellos no hay agua y sin el vital líquido no hay vida”.
Amnistía Internacional, Greenpeace y el Centro Prodh recibieron con satisfacción la liberación de Ildefonso. Reconocieron la importante labor del juzgado quinto de amparo al garantizar su derecho a un juicio justo y exigieron a las autoridades del Estado de México reconocer como legítima la labor de defensa del Gran Bosque de Agua, del cual San Juan Atzingo forma parte, y que no lleven a cabo ningún tipo de persecución en contra de los ambientalistas o de su familia, pues, argumentaron, la defensa de los bosques continúa y el Estado debe garantizar que puede llevar a cabo dicha actividad sin temor a represalias.
Ildefonso Zamora es originario de San Juan Atzingo, en el Estado de México, donde ha combatido la tala clandestina de los bosques y se ha dedicado a la reforestación desde 1998.
De acuerdo a los representantes de las organizaciones no gubernamentales existen elementos para presumir que su encarcelamiento se basó en sus denuncias de los daños que se están causando al territorio y al entorno de su comunidad. “Su caso es representativo de la criminalización que sufren los defensores de los derechos humanos y del medio ambiente en México.
“La liberación de Zamora es un primer paso para la justicia y la defensa del Gran Bosque de Agua, que fue posible gracias a la incansable lucha de su familia, su defensa y la exigencia de más de 47 mil personas que se sumaron a la campaña #IldefonsoLibre para exigir la libertad inmediata e incondicional del defensor ambiental”, agregaron.
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