Javier Santos
Tecuala, Nayarit. El padre Luis Carrillo, del municipio de Tecuala, previó que la crisis en la costa de nayarita tardará en resolverse más de tres años, tras la presencia del huracán Willa hace doce días y que ocasionó el desbordamientos de los ríos San Pedro y Acaponeta.
Otro aspecto que vislumbra para los próximos días, añade, es que se tendrá que instalar un comedor o banco de alimentos ante la crisis humanitaria que prevé, pues muchos no tendrán para comer y menos para mandar a sus hijos a la escuela, porque los sectores agrícolas, ganadero y pesqueros resultaron devastados o severamente afectados.
En esta zona donde la gente “ha criticado el olvido” del gobierno federal, tanto en redes sociales como de manera personal, la sociedad se ha volcado en ayuda con tortas, tacos, ropa, etcétera, porque no tienen como guisar, ya que miles lo perdieron todo.
“Yo considero que esto nos va durar de tres años para adelante, no se cuántos para recuperar. Hablaba con una persona que conoce de esto y me decía ‘padre, yo creo que unos cinco años’”, cuenta mientras observa como el voluntariado selecciona ropa en la parroquia de Tecuala, ubicada en pleno centro de esa comunidad.
Una de las principales preocupaciones de las familias, agrega, es la falta de dinero para alimentar y enviar a su o sus hijos; por ejemplo, alguien que tiene uno en la primaria, otro en la secundaria y otro en la prepa, todo ello “sin tener enseres domésticos en sus casas y ni trabajo”, subrayó.
Pero el sacerdote señala que “viene lo peor, porque esperamos que la crisis se complique más, por eso vengo insistiendo en que logremos tener un banco de alimentos para seguir apoyando a la gente, porque la gente va a venir en busca de algo, de pedir comida y ropa”, destacó.
Dijo que la diferencia entre Tecuala y Tuxpan es que, en el primero, los daños están en la ciudad y poblaciones, mientras que en el segundo se concentra en pleno el área urbana.
Detalló que las carreteras de la zona en diversos puntos se encuentran “trozada” hasta el momento, luego de que pobladores, ayudados por el gobierno, las abrieran el día de la tragedia para que el agua circulara y ¨siguiera su cauce¨, entre ellos se encuentran áreas que conducen al poblado Milpas Viejas o Pajaritos.
Señaló que el restablecimiento de la energía eléctrica en las comunidades se ha dificultado porque “muchos postes quedaron entre el agua, entonces, es difícil que lleguen las maquinas a levantar un poste, porque las parcelas siguen inundadas”.
La señora Francisca Anguiano Varela, voluntaria de la parroquia, manifestó estar agradecida con el apoyo porque ella lo perdió todo y ha ido sorteando los días debido a que cuida a una persona “enferma, que no es nada mío”, ya que su mamá murió hace dos semanas, además de tener un hijo discapacitado.¨Poquito que teníamos nos dejó sin nada¨, resume.





