Carolina Gómez Mena

Ciudad de México. La situación actual desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “obligan a México a adoptar una estrategia más prudente para proteger los intereses estratégicos del país y evitar que pudieran ser motivo de conflicto poniendo en riesgo la soberanía nacional”, señalaron, Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente nacional de El Barzón y Alejandro Castillo Morales, integrante de la agrupación.

Indicaron que “el cambio en las condiciones internacionales, propiciadas por la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de normalizar su política monetaria, lo que significaría aumentos de tasas en los préstamos en dólares, y las amenazas del presidente de Estados Unidos de limitar las exportaciones desde México, además de sus expresiones intervencionistas en defensa de lo que considera son sus intereses”, deben llevar a un viraje de la política económica en México.

Añadieron que sin embargo el gobierno actúa “como si esos riesgos no existieran. La contratación de deuda para mantener la puerta abierta a la fuga de capitales, en lugar de fortalecer la capacidad productiva del país, es una muestra de la irresponsabilidad con la que se ha administrado el país en los últimos quinquenios”.

Indicaron que “es importante reconocer que independientemente de las políticas aplicadas y la corrupción de la tecnocracia y más bien a pesar de ellas, México sigue siendo un destino importante para la realización de actividades que bien aprovechadas podrían, a pesar de la incertidumbre externa, contribuir a la reconstrucción nacional”.

Detallaron que la primera de ellas, es el sector energético y su transformación. “Urge detener la entrega irresponsable de los recursos nacionales a los extranjeros”.

La segunda, expusieron, es “la agricultura basada en las pequeñas unidades productivas, que han sido severamente castigas por la política económica”.

Agregaron que las unidades productivas pueden desempeñar “un papel fundamental en la recuperación del mercado interno, la soberanía alimentaria, la recuperación del tejido social y la reducción de la violencia”.

Apuntaron que siendo éstas las principales incubadoras de migrantes, deberían ser las principales beneficiarias de las remesas, mediante “un fondo creado con los dólares de los migrantes, una vez cambiados a pesos para el uso de sus familias, para financiar las obras de infraestructura que permitan realmente superar el subdesarrollo”.

Apuntaron que la tercera actividad importante es “el turismo no basado en los desarrollos de inversionistas privados ni la entrega de playas a los extranjeros, sino a partir de la integración de los pueblos y comunidades de la zonas con potencial turístico, para que con una planeación adecuada se logre ofrecer un servicio integral e incluyente, que permita el desarrollo de las regiones y los pueblos con potencial turístico. En turismo también se lograron los ingresos más altos en 19 mil 570 millones de dólares y un superávit de nueve mil 343 millones de dólares”.

Acotaron que la cuarta actividad es la manufactura, la que “con apoyos adecuados en los que se garanticen los derechos de los trabajadores, pueden seguir siendo una actividad con un desarrollo creciente, a pesar de Trump y sin necesidad de entregar la soberanía. En 2016 se captó inversión extranjera por 26 mil 738.6 millones de dólares, de los cuales 61.3% se destinó a manufacturas. A eso se pueden agregar los servicios y el desarrollo de software”.

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