Bagdad. Casi medio millón de habitantes de Mosul, la segunda ciudad más importante de Irak invadida por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y asediada por el ejército iraquí para su recuperación, padecen una penuria de agua que puede tener “consecuencias catastróficas”, reportó Lise Grande, coordinadora de las operaciones humanitarias de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
“Cerca de medio millón de civiles, que ya tienen dificultades para alimentarse diariamente, padecen ahora la privación de agua potable”, explicó Grande. Esta penuria “va a tener consecuencias catastróficas para los niños, las mujeres y las familias” de la ciudad, donde tienen lugar violentos combates entre el EI y las fuerzas iraquíes, agregó.
La red de distribución de agua de la ciudad fue dañada durante los combates de las últimas seis semanas. En los barrios del este de Mosul, que el ejército iraquí reconquista paulatinamente, los habitantes declaran que no tienen agua corriente desde hace días.
“No hay más agua o electricidad, bebemos agua de los pozos pero no alcanza”, dice Mohamed Jalil, de 25 años, un residente del barrio de Al Jadraa, recientemente liberado.
Desde el inicio de la ofensiva para reconquistar Mosul, el 17 de octubre pasado, más de 70 mil personas huyeron de los combates. Pero más de un millón de personas aún viven en la gran ciudad del norte de Irak, de los cuales 600 mil en los barrios del este, luego de que el EI instauró un “califato” en el norte de Siria de Irak.





