• ¿Quién detiene al nuevo Hitler?
  • Demencial, arrasa y va por todo

Carlos Fernández-Vega

Apaso veloz, el demencial inquilino de la Casa Blanca repite el Lebensraum del imperio alemán –cuya práctica más reciente fue la del Tercer Reich–, pero ahora en versión gringa: expansionismo, colonización, limpieza étnica, asesinato sistemático, robo de recursos naturales, invasión, gobiernos títeres, autocracia y todo lo que ello conlleva, y, como sucedió a partir de 1933 con Adolfo Hitler, parece que hoy nadie se atreve a detener la bestial andanada de Donald Trump y sus halcones, por mucho que históricamente las consecuencias para la paz y la estabilidad mundial son conocidas. ¿volverá la comunidad de naciones a sentarse cómodamente y esperar para ver en qué momento revienta todo esto?

En este relanzamiento de Lebensraum gringo, el pretexto ya no puede ser la “crisis de los Sudetes”, como en 1938, sino Venezuela con la enloquecida “exigencia” de Trump de que esa nación libre, soberana y propietaria de sus recursos naturales “devuelva a Estados Unidos todo el petróleo, las tierras y otros activos que nos robaron”; caso contrario, dice el energúmeno, “invasión” y ¡viva la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto!

En cuestión de semanas, la excusa de Trump pasó del combate al “narcotráfico” venezolano al “terrorismo de Estado” de Nicolás Maduro; de ahí a robar un buque petrolero en un descarado saqueo bucanero; y lo más reciente, que no lo último, “bloqueo total” a esa nación sudamericana e invasión “de ser necesaria”, porque lo que realmente quiere es el petróleo venezolano. Lo demás es verso. Una vergüenza, pero, salvo honrosas excepciones, el grueso de la comunidad de naciones, como sucedió 92 años atrás, calladita, encorvada y cooperando, creyendo que así evitará las consecuencias del Lebensraum gringo. Todo ello sin olvidar el intervencionismo en los procesos electorales de cuando menos Argentina, Chile (con dos sicarios pro gringos y sionistas en los respectivos gobiernos) y Honduras, más la permanente amenaza a México y Colombia.

Así, el demente de la Casa Blanca, rodeado de sus halcones, proclamó: “Venezuela está completamente rodeada por la armada más grande jamás reunida en la historia de Sudamérica. Ésta sólo crecerá y la conmoción para ellos será como nunca la han visto, hasta que devuelvan a Estados Unidos todo el petróleo, las tierras y otros activos que nos robaron antes. El régimen ilegítimo de Maduro utiliza el petróleo de estos yacimientos robados para financiar el narcoterrorismo, la trata de personas, el asesinato y el secuestro”.

Y algo más: “por el robo de nuestros activos y por muchas otras razones, incluyendo el terrorismo, el narcotráfico y la trata de personas, el régimen venezolano ha sido designado organización terrorista extranjera. Por tanto, hoy ordeno un bloqueo total y completo de todos los petroleros autorizados que entran y salen de Venezuela. Los inmigrantes ilegales y criminales que el régimen de Maduro ha enviado durante la débil e inepta administración de Joe Biden están siendo devueltos a Venezuela a un ritmo acelerado. No permitiremos que criminales, terroristas ni otros países roben, amenacen o dañen a nuestra nación, ni permitirá que un régimen hostil se apodere de nuestro petróleo, tierras ni ningún otro activo, todo lo cual debe ser devuelto a Estados Unidos inmediatamente”.

De inmediato, el presidente Venezolano Nicolás Maduro denunció ante la Organización de Naciones Unidas –el enorme florero con sede en Manhattan– las amenazas de Trump y el bloqueo total contra su país “por constituir una amenaza directa a la soberanía, al derecho internacional y a la paz”. Ágil y reactivo, como siempre, el burócrata que despacha como secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se limitó a “dar seguimiento a la situación”, y tan preocupado quedó que apenas ameritó un comunicado oficial de 10 líneas.

Y Venezuela es la primera en la lista, de tal suerte que de no poner un hasta aquí, no quedará rincón en el planeta sin ser saqueado por Trump y su Lebensraum. Entonces, ¿quién detendrá al nuevo Hitler? De no hacerlo, de nueva cuenta el mundo entrará en la ignominiosa dinámica de los años del führer.

Las rebanadas del pastel

Como inquilino de Los Pinos, Felipe Calderón fue un asco y legó muerte y destrucción. Ahora, a 18 años de que militares violaran, torturaran y asesinaran a Ernestina Ascencio en 2007, en el sexenio de Borolas (quien aseguró que ese deceso fue consecuencia de una “gastritis crónica”), el Estado mexicano ha sido responsabilizado de ese suceso, mientras él, tan campante, pasea por Madrid gozando de la protección de la ultraderecha española.

X: @cafevega

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