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Al Centro Tlachinollan, el Premio Amalia Solórzano 2017

El director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera (al centro), recibió el reconocimiento. Foto Yazmín Ortega Cortés

Emir Olivares Alonso

El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan y su director, Abel Barrera, recibieron anoche el Premio Amalia Solórzano de Cárdenas 2017, por su incansable trabajo en favor de las comunidades de Guerrero. En ese contexto, Barrera dedicó el reconocimiento a las madres y padres de Ayotzinapa, ‘‘quienes luchan por que veamos un México donde la verdad impere y donde los desaparecidos sean recordados en todo momento’’.

Durante la ceremonia, en el Palacio de Minería, Cuauhtémoc Cárdenas, presidente del Centro Lázaro Cárdenas y Amalia Solórzano, destacó que desde su fundación en 1993, Tlachinollan ‘‘ha librado una desigual lucha por la defensa de los derechos de la gente de Guerrero en primer lugar, pero también de los derechos de todos los mexicanos, enarbolando la bandera de la ley con valor, firmeza y dignidad, y enfrentando a autoridades corruptas, insensibles socialmente y al dolor humano, violadoras de la justicia y de los derechos a vivir, a ser y a progresar’’.

Por su parte, el académico Adolfo Gilly, integrante del consejo del premio, indicó que esta organización civil y sus miembros se juegan la vida día con día, ‘‘serenos y silenciosos en la defensa de la vida y los derechos del pueblo de Guerrero’’.

El director del Centro Tlachinollan enfatizó que el premio ‘‘llega en un momento sumamente crítico, desvastador, por la violencia que nos avasalla y la impunidad que atrofia nuestro sistema político. Es significativo por lo que han representado para nuestro país Lázaro Cárdenas y Amalia Solórzano, porque entregaron su vida en la defensa de la soberanía nacional’’.

Detalló que muchas veces han sentido desesperanza en la defensa de las garantías ante la impunidad que se vive en Guerrero. Sin embargo, subrayó que han resistido gracias al ejemplo de los pueblos indígenas de la Montaña. ‘‘Nos han enseñado que la gesta por los derechos humanos no es en vano, más bien implica reciedumbre, sacrificio y mucho valor. Sin evocar este término, han dado lecciones al país de lo que representa defender la vida y el territorio con la propia vida’’.

Mención especial hizo de las madres y los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, de-saparecidos desde el 26 de septiembre de 2014, caso que ha sido acompañado por su organización. ‘‘Han irrumpido en la escena nacional para desenmascarar el pacto de impunidad que coexiste entre las altas esferas del poder y las organizaciones criminales. A más de tres años, son el reservorio moral de un país de muertos y desaparecidos, un país que nos duele, donde los rostros de los 43 se han transformado en los emblemas de nuestra esperanza’’.

Cuauhtémoc Cárdenas resaltó: ‘‘Sabemos que en el caso Ayotzinapa existen responsables, que incluso hay ya inculpados que se encuentran detenidos; son éstos, en todo caso, autores de delitos ejecutados por órdenes de otros. Se tiene conciencia de que existen otros responsables materiales o intelectuales a quienes de diferentes maneras autoridades del Estado han venido protegiendo’’.

Gilly, de su lado, resaltó el incansable trabajo de este centro, lo que le ha merecido reconocimientos como el Robert F. Kennedy y el de Amnistía Internacional. Una labor fundamental ha sido la de acompañar en su epopeya a los familiares de Ayotzinapa, concluyó.